La tarta de Santiago se erige como uno de los postres más reconocidos en la repostería gallega. Este dulce, elaborado con almendra y un sabor suave, es fácil de preparar en casa siguiendo una receta tradicional que ha sido transmitida a lo largo de generaciones. Popular principalmente durante festividades como el Día de Santiago y la Semana Santa, esta tarta también puede encontrarse en las pastelerías a lo largo del Camino de Santiago, desde Roncesvalles hasta la plaza de la Catedral. Su decoración distintiva incluye una cruz característica formada con azúcar glas.
En las tierras de Galicia, específicamente en Santiago de Compostela, florece la famosa tarta de Santiago. Durante todo el año, pero especialmente en festividades religiosas como el día de Santiago o la Semana Santa, este dulce cobra protagonismo. La receta requiere ingredientes simples: huevos medianos, azúcar, ralladura de limón, almendra molida y azúcar glas para decorar. En un proceso que combina precisión y arte, los ingredientes son batidos hasta obtener una mezcla homogénea, horneada cuidadosamente y finalmente adornada con una silueta de la Cruz de Santiago hecha con azúcar glas.
Los pasos clave incluyen precalentar el horno a 180°C, batir los huevos con azúcar y ralladura de limón hasta alcanzar un tono blanquecino, incorporar la almendra molida y hornear por unos 30 minutos. Una vez fría, se decora utilizando una plantilla para formar la cruz emblemática.
Desde Roncesvalles hasta la majestuosa plaza de la Catedral de Santiago de Compostela, la tarta de Santiago se encuentra en cada rincón de esta ruta sagrada. Este dulce no solo simboliza la cultura gallega, sino que también invita a los viajeros a disfrutar de un pedacito de historia con cada bocado.
La preparación de la tarta de Santiago nos ofrece una lección valiosa sobre cómo las tradiciones culinarias pueden perdurar a través del tiempo. Esta receta simple refleja la importancia de preservar nuestras raíces culturales mientras celebramos la belleza de la simplicidad en la cocina. Al prepararla en casa, uno no solo está cocinando un postre, sino también conectándose con una herencia compartida que trasciende generaciones.