En un caso que ha conmocionado al mundo del deporte, la fiscal Marta Durántez ha presentado su alegato final en el juicio contra Luis Rubiales y otros altos cargos de la Federación Española de Fútbol. El incidente, que ocurrió durante una ceremonia de entrega de medallas tras el triunfo de España en un campeonato mundial, ha generado un intenso debate sobre el consentimiento, el abuso de poder y la respuesta institucional a las denuncias de agresión sexual. La fiscal enfatizó la falta de consentimiento y criticó la reacción de la federación, acusándola de intentar desacreditar a la víctima.
En una sala de audiencias cargada de tensión, la representante del Ministerio Público cuestionó las motivaciones detrás del acto de Rubiales y la posterior reacción de la federación. En un momento crítico de su alegato, Durántez ironizó sobre las posibles intenciones del entonces presidente de la RFEF, sugiriendo que no existía justificación para su comportamiento. El incidente tuvo lugar durante una celebración pública, transmitida en directo a nivel global, lo que añadió una dimensión mediática significativa al caso.
La fiscal destacó que no hubo comunicación previa ni consentimiento explícito por parte de Jenni Hermoso, quien se vio presionada después de los hechos. Según Durántez, la federación desplegó todos sus recursos para socavar la credibilidad de la futbolista. A pesar de las presiones, Hermoso decidió presentar su denuncia 10 días después del incidente, demostrando coraje ante una organización con amplio poder e influencia.
Los acusados, incluyendo al ex seleccionador Jorge Vilda, negaron cualquier participación en coacciones o presiones indebidas. Sin embargo, Durántez insistió en que las acciones de la federación fueron sibilinas pero efectivas, buscando silenciar a la víctima. La fiscal solicitó penas severas para Rubiales y otros implicados, subrayando la importancia de proteger a quienes se encuentran en posiciones vulnerables frente a estructuras de poder.
El caso ha revelado las complejidades de enfrentarse a organizaciones poderosas en situaciones de abuso, especialmente cuando el escrutinio público es intenso. Durántez concluyó su argumento con una reflexión poética sobre la verdad material, citando a Joan Manuel Serrat, lo que añadió una capa de profundidad emocional al alegato legal.
Desde la perspectiva de un periodista, este caso ilustra la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección para las víctimas de abuso dentro del deporte. También destaca la importancia de que las instituciones deportivas revisen sus políticas y culturas internas para garantizar un entorno seguro y justo para todos sus miembros. Este juicio no solo es un hito legal, sino también un llamado a la acción para mejorar la ética y la responsabilidad en el fútbol español.