El presidente Donald Trump ha ordenado el cierre de emisoras internacionales como Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) y Voice of America (VOA), una decisión que ha generado críticas tanto en Estados Unidos como en Europa. Stephen Capus, director de RFE/RL, calificó esta medida como un "regalo" para los adversarios del país. Según él, millones de personas en sociedades cerradas dependen de estas emisoras para acceder a información precisa. A lo largo de su historia, estas organizaciones han contado con un fuerte apoyo bipartidista. Por otro lado, el ministro checo de Exteriores, Jan Lipavsky, resaltó la importancia de estas emisoras como fuentes de verdad en países oprimidos.
La decisión afecta también a cientos de empleados que fueron cesantes repentinamente sin acceso a sus oficinas ni equipos profesionales. La historia de estas emisoras se remonta a la Guerra Fría, cuando proporcionaban información no censurada a comunidades bajo regímenes autoritarios. Elon Musk, cercano asesor de Trump, había abogado previamente por su cierre debido a supuestas inclinaciones políticas y gastos excesivos.
El anuncio del cierre de RFE/RL y VOA ha provocado reacciones negativas entre aliados internacionales y expertos en comunicación global. Estas emisoras son consideradas esenciales para mantener informadas a decenas de millones de personas en regiones donde la libertad de prensa está limitada. Sus programas, disponibles en múltiples idiomas, ofrecen una ventana hacia el mundo exterior en contextos donde otras fuentes son sesgadas o inexistentes.
Desde su fundación en 1950, Radio Free Europe ha sido un baluarte contra el control informativo impuesto por regímenes autoritarios. En la actualidad, sigue desempeñando un papel crucial en países como Bielorrusia e Irán, donde actúa como una de las pocas voces independientes disponibles. El director Stephen Capus advirtió que eliminar esta fuente podría fortalecer a los adversarios de EE.UU., dejando a muchas comunidades sin acceso a la verdad sobre temas clave. Este vacío informativo podría ser rápidamente llenado por medios controlados por gobiernos opresores, ampliando aún más las brechas globales en cuanto a acceso a información veraz.
El cierre de estas emisoras pone en jaque el compromiso histórico de EE.UU. con la difusión de valores democráticos en todo el mundo. Desde su creación durante la Guerra Fría, estas instituciones han recibido apoyo bipartidista constante. Sin embargo, la administración Trump argumenta que representan un gasto innecesario y cuestiona su neutralidad política. Esta postura ha exacerbado tensiones dentro del establishment político estadounidense.
El magnate Elon Musk, quien ha influido significativamente en decisiones recientes de la administración, criticó públicamente a RFE/RL por su supuesta orientación ideológica y su costo económico. Según él, estos recursos podrían ser mejor utilizados en otros proyectos nacionales. Por otro lado, defensores de las emisoras subrayan su impacto positivo a lo largo de décadas, destacando cómo han ayudado a sociedades marginadas a comprender mejor la realidad global. El debate continúa mientras líderes europeos, como el ministro checo Jan Lipavsky, proponen alternativas para preservar estas valiosas herramientas de comunicación internacional.