La decisión arbitral que marcó un antes y un después en los octavos de final de la Champions League ha generado una ola de opiniones encontradas. El árbitro polaco Szymon Marciniak explicó su postura tras anular el gol del jugador del Atlético de Madrid, Julián Álvarez, debido a una infracción poco común. Según Marciniak, fue él quien detectó inicialmente el problema relacionado con el doble toque del balón, desmintiendo rumores sobre la intervención del futbolista francés Mbappé. Este incidente no solo puso en duda la interpretación reglamentaria, sino que también llevó a revisar las normas vigentes.

Después de recibir confirmación oficial por parte del equipo VAR, Marciniak procedió a anular el tanto controversial, lo que culminó en el avance del Real Madrid a la siguiente fase del torneo. En sus declaraciones, el colegiado reconoció que esta situación era inédita en su carrera profesional, pero enfatizó que los jugadores están familiarizados con las reglas establecidas. Además, subrayó la importancia de seguir los protocolos adecuados para garantizar la justicia deportiva, aunque admitió que tales casos podrían requerir ajustes futuros.

En respuesta al caso, la UEFA emitió un comunicado donde detalló las razones detrás de la decisión arbitral, basándose en las reglas actuales del juego. Asimismo, anunciaron la intención de debatir con entidades internacionales como la FIFA y el IFAB si ciertas disposiciones necesitan ser actualizadas, especialmente cuando involucran acciones involuntarias como la del jugador argentino. Este evento refleja cómo la evolución del fútbol exige una constante adaptación de sus normativas para mantener la equidad y el espíritu competitivo en el deporte rey. La colaboración entre organizaciones globales será clave para asegurar que las reglas sigan siendo claras y justas para todos los participantes.