En el año 2025, la pareja formada por Alice Campello y Álvaro Morata ha decidido dar una nueva oportunidad a su matrimonio después de cinco meses separados. Durante este tiempo, ambos han enfrentado cambios significativos en sus vidas personales y profesionales, pero finalmente han decidido reafirmar su compromiso mutuo. Las fuentes cercanas al matrimonio aseguran que los sentimientos entre ellos no han cambiado y que siempre ha habido un gran cariño. Este artículo explora cómo han evolucionado sus vidas durante la separación y qué llevó a esta reconciliación.
La noticia de la separación de Alice Campello y Álvaro Morata sorprendió a muchos en agosto del año pasado. Tras ocho años juntos, incluyendo siete de matrimonio y cuatro hijos en común, decidieron tomar caminos separados debido a varias desavenencias. Sin embargo, tanto Alice como Álvaro subrayaron que la decisión no se debía a terceras personas, sino a incomprensiones continuas que habían ido desgastando la relación. En ese momento, Alice expresó su gratitud hacia Álvaro por haberla priorizado, cuidado y respetado durante todos esos años. El futbolista también enfatizó que no había faltado respeto en ningún momento, solo muchas malas interpretaciones que terminaron afectando la relación.
Tras la separación, Álvaro Morata se convirtió en el fichaje estrella del AC Milán, lo que marcó un nuevo capítulo en su carrera profesional. Su presentación en el estadio de San Siro fue todo un éxito, con miles de aficionados dándole una cálida bienvenida. Mientras tanto, Alice permaneció en Madrid con sus hijos, instalada en La Finca, una exclusiva urbanización. Los niños comenzaron el curso escolar en España, y las primeras imágenes de Alice y Álvaro juntos tras la separación fueron precisamente cuando acompañaron a los pequeños en su primer día de colegio. Aunque Álvaro declaró que lo hacían solo por el bienestar de los niños, poco a poco comenzaron a surgir signos de acercamiento.
A finales de septiembre, Alice decidió mudarse a Milán, el país natal de ella, lo que permitió a los niños estar más cerca de su padre. Esta decisión también le permitió a Alice estar más cerca de sus amigos y seres queridos en Italia. No obstante, la vida en Milán no estuvo exenta de dificultades. Álvaro tuvo que mudarse de Corbetta debido a preocupaciones sobre su privacidad y seguridad, y sufrió un traumatismo craneoencefálico en noviembre, aunque afortunadamente todo quedó en un susto. A pesar de estos contratiempos, la pareja demostró que seguían siendo una familia unida, especialmente durante las celebraciones navideñas.
Las fiestas de Navidad marcaron un punto de inflexión en la relación de Alice y Álvaro. La pasión por sus hijos los volvió a reunir, y Alice reveló que pasarían las festividades juntos para cumplir el deseo de los niños de hacer galletas todos juntos. Desde entonces, han compartido varios momentos públicos que indican una relación cada vez más sólida. El 9 de enero, en el segundo cumpleaños de Bella, Álvaro agradeció a Alice por su esfuerzo y amor. Además, Alice asistió a un partido de fútbol en San Siro, retomando su tradición de ser el amuleto de suerte de Álvaro. Finalmente, la pareja oficializó su reconciliación subiendo una fotografía en blanco y negro en la que se dan un tierno beso en la mejilla. Esta imagen simboliza el renacimiento de su amor y un nuevo comienzo para la familia.