Desde su infancia, Mari Boya ha estado rodeado de velocidad y pasión por los motores. Su madre, fanática de Fernando Alonso, fue quien sembró la semilla del automovilismo en él. Desde muy temprana edad, Boya demostró un talento excepcional en el kárting, donde cosechó numerosos triunfos a nivel nacional. Sin embargo, el salto a las fórmulas representó un cambio radical, tanto en términos de competencia como de adaptación técnica. A pesar de los retos, Boya no ha perdido su espíritu competitivo y sigue trabajando incansablemente para recuperar ese toque ganador que lo caracterizaba.
La transición al mundo de los monoplazas supuso un reto mayúsculo para Mari Boya. En la Fórmula 3, todo cambia drásticamente: la velocidad, la estrategia y la confianza en el vehículo son aspectos cruciales. Durante sus primeros años en esta categoría, Boya tuvo que readaptarse y reconstruir su confianza. Sin embargo, su perseverancia comenzó a dar frutos en los test de Barcelona, donde logró mantenerse dentro del Top-5 sin siquiera buscar tiempos específicos. Este rendimiento fue una señal inequívoca de que estaba en el camino correcto.
Australia marca el inicio de una nueva temporada para Boya, quien ahora forma parte del equipo Campos Racing. A pesar de una temporada anterior complicada, Boya confía plenamente en el potencial del coche y en el trabajo realizado durante el invierno. “Estoy mentalizado de que podemos hacer cosas grandes”, afirma con convicción. El objetivo principal sigue siendo claro: luchar por el campeonato y prepararse para el siguiente escalón en su carrera.
Más allá de la velocidad pura, Boya ha comprendido que el factor mental juega un papel crucial en su desarrollo como piloto. Tras una temporada en la que las expectativas no se cumplieron del todo, decidió incorporar a una psicóloga a su equipo de apoyo. Este cambio ha permitido a Boya fortalecer su resistencia mental y enfrentar los desafíos con mayor claridad y concentración. “Este año no me falta nada; estoy muy bien preparado”, asegura con optimismo.
Boya enfatiza que la clave para lograr sus objetivos reside en las clasificaciones. Salir en posiciones privilegiadas será fundamental para pelear por el campeonato. Además, reconoce que este año podría haber sido diferente, pero valora enormemente la oportunidad que le brinda la Fórmula 3. “Es un campeonato con mucha visibilidad y contacto directo con equipos de F1. Una buena actuación puede abrir puertas inesperadas”, reflexiona.
Mari Boya admira profundamente a Fernando Alonso y Carlos Sainz, quienes han dejado un legado imborrable en el automovilismo español. Para Boya, Alonso es un referente indiscutible, especialmente por su época en Ferrari. Reconoce que, a veces, estos pilotos no reciben el reconocimiento que merecen en España. “Alonso ha dejado un legado increíble, y Sainz siempre mejora los equipos donde llega. Es impresionante cómo ha desarrollado el coche en Williams”, destaca.
Boya también subraya la importancia del apoyo que reciben los jóvenes talentos en el automovilismo. “No está mal tener a cuatro pilotos compitiendo en estas categorías, pero estos pasos son los más difíciles y es cuando se necesita el respaldo”, concluye. Con esta mentalidad y una clara visión hacia el futuro, Mari Boya se prepara para escribir su propia historia en el mundo del automovilismo.