La Princesa Marta Luisa de Noruega y su esposo, Durek Verrett, se encuentran en una situación inesperada tras casi cinco meses de matrimonio. La pareja aún no ha podido mudarse a la casa que soñaban después de su lujosa ceremonia en un impresionante fiordo. El inmueble, ubicado en Baerum, sigue vacío y generando gastos de mantenimiento, lo que supone un nuevo obstáculo para la pareja real.

Un Desafío Inmobiliario que Pone a Prueba el Sueño Familiar

Adquisición de la Propiedad en Baerum

En agosto de 2023, la Princesa adquirió una residencia unifamiliar de los años 70 en el municipio de Baerum por 18,6 millones de coronas noruegas. Su intención era remodelar la propiedad, pero las circunstancias han cambiado drásticamente. El deseo inicial de demoler partes del inmueble y reconstruirlo ha sido frustrado por la prohibición temporal de obras en la zona, emitida por el comité de planificación municipal. Esta medida espera una nueva regulación urbanística, lo que ha dejado en suspenso los planes de la pareja.Mientras tanto, la vivienda continúa acumulando costos de mantenimiento, lo que se suma a los desafíos financieros que enfrenta la Princesa. Este impasse ha creado un escenario complicado, ya que la opción de vender la propiedad tampoco parece viable debido al precio de compra superior al valor actual del mercado inmobiliario. Además, informes de medios locales sugieren que la Princesa habría utilizado este inmueble como aval para un préstamo bancario, aumentando aún más su carga financiera.

Residencia Actual en Lommedalen

Ante estos contratiempos, Marta Luisa sigue residiendo en su hogar en Burudveien, Lommedalen, donde vive desde 2003. Esta residencia, adquirida por 8,8 millones de coronas, ha incrementado significativamente su valor con el tiempo. Aunque inicialmente no era del agrado de la Princesa, ella misma supervisó reformas importantes para adaptarla a sus necesidades. En esta casa conviven Marta Luisa, Durek y su hija pequeña, Emma Tallulah Behn, mientras que sus hijas mayores, Maud Angelica y Leah Isadora, viven independizadas.La adquisición de esta propiedad fue realizada mediante una hipoteca de cinco millones de coronas, a la cual se sumaron créditos adicionales a lo largo de los años. Según informes de Seg og Hor, la finca de Lommedalen estaría actualmente hipotecada por un total de 10 millones de coronas. Estos compromisos financieros reflejan la complejidad de la situación económica de la Princesa y la importancia de encontrar soluciones efectivas para su futuro inmobiliario.

Implicaciones Financieras y Futuro Incierto

La situación de Marta Luisa y Durek pone de manifiesto los desafíos que enfrentan incluso figuras de alto perfil cuando se trata de inversiones inmobiliarias. Las restricciones de construcción en Baerum y la carga financiera asociada a ambas propiedades plantean preguntas sobre el futuro de la pareja. La incertidumbre respecto a cuándo podrán ocupar su nueva residencia o qué acciones tomarán para resolver su situación financiera genera especulaciones en la prensa y entre los seguidores de la familia real noruega.En este contexto, la Princesa debe equilibrar sus aspiraciones personales con las realidades económicas y administrativas que enfrenta. Mientras tanto, la atención pública sigue centrada en cómo superará estos obstáculos y qué decisiones tomará en relación con sus propiedades y su vida familiar. Los próximos movimientos de Marta Luisa serán observados con interés, ya que cada paso podría marcar un cambio significativo en su vida personal y profesional.