En un enfrentamiento vibrante, el Inter de Milán demostró por qué la experiencia y el oficio pueden superar incluso las glorias del pasado. Bajo la dirección técnica de Kompany, quien mezcló estrategia con nostalgia al convocar a Müller, el equipo alemán buscaba revertir una eliminatoria que parecía inclinarse hacia los italianos. Sin embargo, el Inter, conocido por su capacidad para jugar bajo presión y aprovechar cada error rival, mostró por qué es un gigante histórico en Europa. Con goles clave de Lautaro Martínez y Pavard, así como un empate emocionante del Bayern a través de Dyer, el partido se convirtió en un testimonio de la calidad táctica y técnica de ambos equipos.
Desde el inicio, el Inter impuso su estilo característico, controlando el ritmo del partido con inteligencia. Aunque los primeros minutos fueron de tanteo, pronto quedó claro que los italianos tenían ventaja en la eliminatoria. Sus estrellas aparecieron de manera intermitente, pero siempre con peligro, especialmente en contraataques liderados por Lautaro Martínez. Este jugador destacó no solo por su habilidad para organizar el ataque, sino también por su capacidad para finalizar jugadas complicadas. La primera gran ocasión llegó tras una falta, donde Thuram desperdició una oportunidad clara tras un rechace de Darmian. El Bayern respondió rápidamente con dos ocasiones claras, ambas desbaratadas por Sommer, manteniendo el equilibrio en una primera mitad dominada estratégicamente por los italianos.
El giro decisivo llegó cuando Kane sorprendió a todos con un gol inesperado, reviviendo las esperanzas alemanas y poniendo en juego la historia gloriosa del Bayern. Este tanto encendió la voracidad italiana, desencadenando un arreón liderado por Lautaro, cuyo gol desde un córner dejó al público local enloquecido. Pavard continuó la remontada con otro tanto desde un balón parado, evidenciando errores defensivos críticos en una supuesta fortaleza alemana. Sin embargo, el Bayern no se rindió fácilmente; Dyer igualó el marcador tras un error italiano, añadiendo emoción a un duelo ya intenso.
Pese a los intentos finales del Bayern, incluyendo varios córners que pusieron nervioso al público local, el Inter mostró su veteranía y oficio. Estos atributos, difíciles de igualar incluso para un equipo con una historia tan rica como la del Bayern, garantizaron la victoria italiana. El partido sirvió como un recordatorio de que, en el fútbol moderno, la experiencia y la astucia pueden marcar la diferencia frente a la nostalgia y el peso del pasado.