En el mundo competitivo de Hollywood, donde las estrellas emergen como directoras, Kristen Stewart ha capturado la atención con su primera incursión tras las cámaras. Su obra "Eleanor the Great" ha generado debates sobre la naturaleza del cine contemporáneo y los límites artísticos que se exploran en festivales internacionales. Aunque inicialmente parecía un simple tributo a la amistad intergeneracional, la película desafía expectativas al abordar temas profundos como el Holocausto, la memoria colectiva y la verdad en tiempos de manipulación mediática. Este análisis explora cómo la ambición creativa puede tanto elevar como limitar una producción cinematográfica.
La historia gira en torno a una anciana de 95 años que enfrenta cambios significativos tras la muerte de su compañera de vida. Al mudarse a Nueva York con su hija, encuentra consuelo en un grupo de sobrevivientes del Holocausto. Allí, inspirada por recuerdos compartidos, decide narrar la historia de su difunta amiga como si fuera propia. Esta decisión provoca tensiones éticas y cuestionamientos sobre la autenticidad histórica. La interpretación magistral de June Squibb sostiene gran parte del filme durante su primera mitad, destacando su habilidad para transmitir emociones sin necesidad de palabras excesivas.
A medida que avanza la trama, la directora parece sucumbir a patrones convencionales que diluyen la frescura inicial. En lugar de permitir que los conflictos se desarrollen naturalmente, cada personaje se ve obligado a explicar sus pensamientos y motivaciones, lo que resta misterio y profundidad. Un ejemplo notable es el discurso pronunciado por Chiwetel Ejiofor, quien explicita la moraleja del relato de manera poco sutil. Estas decisiones narrativas contrastan con el potencial crudo que la historia prometía desde el inicio.
El tratamiento del Holocausto dentro de la película genera controversia adicional. Si bien busca reflexionar sobre la distinción entre verdad y ficción, corre el riesgo de banalizar eventos históricos sensibles. A través de su protagonista, la cinta explora el impulso humano hacia la empatía y la justicia, aunque algunas decisiones creativas puedan considerarse problemáticas o incluso inapropiadas. Este equilibrio delicado entre ambición y ejecución define gran parte de la experiencia cinematográfica.
Más allá de las críticas constructivas, queda claro que Kristen Stewart demuestra coraje al abordar temas complejos en su debut como directora. Aunque no todas las elecciones funcionen de manera óptima, su disposición a explorar terrenos difíciles merece reconocimiento. Con una actuación central que rescata momentos clave y un planteamiento inicial prometedor, Eleanor the Great deja una huella duradera en la discusión sobre cine contemporáneo y su capacidad para reflejar realidades multifacéticas.