El FC Barcelona ha comenzado la nueva temporada de LaLiga con un triunfo contundente sobre el RCD Mallorca, imponiéndose por un marcador de 3-0. Este partido, que representaba el pistoletazo de salida para los culés en su camino hacia la revalidación del título, estuvo teñido de controversia. Los goles de Raphinha, Ferran Torres y Lamine Yamal sellaron la victoria para el equipo visitante. Sin embargo, la expulsión de dos jugadores del Mallorca antes del descanso fue un factor determinante que alteró el rumbo del encuentro y generó intensas discusiones sobre las decisiones arbitrales, especialmente en torno al segundo tanto barcelonista y las acciones que derivaron en las tarjetas rojas.
El choque en el campo mallorquín comenzó con un Barcelona que rápidamente tomó la iniciativa. El primer gol llegó gracias a la conexión entre Lamine Yamal, quien envió un preciso pase, y Raphinha, que no perdonó de cabeza para poner el 0-1 en el electrónico. La ventaja temprana impulsó al equipo visitante a buscar ampliar la diferencia, y no tardaron en conseguirlo, aunque no sin polémica. El segundo tanto, obra de Ferran Torres, desató las protestas de los jugadores locales. La jugada clave fue cuando Raíllo, defensa del Mallorca, quedó tendido en el césped tras un despeje. A pesar de las evidentes molestias del jugador mallorquín, el árbitro Munuera no detuvo el juego, lo que permitió a Ferran culminar la acción y marcar el 0-2.
Las consecuencias de esta jugada se hicieron sentir de inmediato. Morlanes, del Mallorca, recibió una tarjeta amarilla por sus protestas airadas y, poco después, fue expulsado por una entrada sobre Lamine Yamal. La situación empeoró para el equipo local antes de que finalizara la primera mitad. Muriqi también vio la tarjeta roja directa, tras la intervención del VAR, por un impacto en el rostro del portero barcelonista Joan García, quien, a pesar de una lesión en el calentamiento, pudo debutar. Con dos futbolistas menos, el Mallorca se encontró en una posición extremadamente desventajosa, con un 0-2 en contra y una hora de juego por delante. Esta situación marcó profundamente el desarrollo del resto del partido, facilitando el control y la gestión del juego por parte del Barcelona.
En la segunda mitad, el Barcelona optó por un enfoque más conservador, priorizando la posesión del balón y buscando oportunidades para sentenciar definitivamente el partido sin asumir riesgos innecesarios. Dani Olmo ingresó en lugar de Fermín en la delantera, y tuvo varias ocasiones para aumentar el marcador, incluyendo un remate que se estrelló en el poste. El Mallorca, a pesar de su desventaja numérica y en el marcador, intentó reaccionar y realizó sustituciones para buscar algo de frescura. Los aficionados locales manifestaron su descontento con algunas acciones defensivas del Barcelona, especialmente con Ronald Araujo, y también protestaron una tarjeta amarilla mostrada a Raphinha. Sin embargo, el dominio azulgrana era innegable, y el definitivo 0-3 llegó en los momentos finales del encuentro, con un espectacular disparo de Lamine Yamal que se coló por la escuadra, poniendo el broche de oro a una victoria que, aunque tranquila en el resultado, no estuvo exenta de emociones y momentos de tensión.
El Barcelona ha iniciado su andadura liguera con una victoria clara, demostrando su poder ofensivo con goles de Raphinha, Ferran Torres y Lamine Yamal. A pesar de las circunstancias polémicas y las expulsiones que mermaron al Mallorca, el conjunto azulgrana exhibió control y efectividad, sentando las bases de una campaña prometedora.