En Argentina, las festividades de fin de año se caracterizan por reuniones familiares, regalos y una gran variedad de alimentos tradicionales. Sin embargo, estos platos suelen ser altamente calóricos. Afortunadamente, existen alternativas más saludables que permiten disfrutar de los sabores típicos sin comprometer el bienestar. La nutricionista María Victoria Guaglianone ofrece valiosas recomendaciones para adaptar los menús navideños y de Año Nuevo, manteniendo la esencia de estas celebraciones.
Entradas y Ensaladas: Frescura con Menor Carga Calórica
Las entradas y ensaladas son ideales para iniciar una comida festiva de manera ligera. Las opciones propuestas por la especialista incluyen ingredientes frescos y proteínas magras que aportan sabor sin excesos. Estos platos pueden ser tanto del agrado de los pequeños como de los mayores, ofreciendo una alternativa saludable a los clásicos embutidos procesados.
Para las entradas, se sugiere incorporar vegetales frescos como espinaca, zanahoria o aguacate, junto con proteínas magras como pollo desmenuzado o ricota. En cuanto a la ensalada rusa, un plato infaltable en las mesas argentinas, se recomienda sustituir la mayonesa por un aderezo casero hecho con yogur bajo en grasa o queso crema, lo cual no solo reduce las calorías sino que también realza el sabor. Además, se puede agregar zanahoria y arvejas para equilibrar la presencia de patatas. Otro plato estrella es el vitel toné, que puede ser menos calórico si se prepara con una salsa ligera de queso crema, jugo de limón y atún al natural, evitando así el uso excesivo de aceites y sal.
Platos Principales y Postres: Satisfacción Sin Culpa
El plato principal y los postres son momentos clave en las celebraciones. Para mantener la tradición pero con un enfoque más saludable, se sugieren carnes asadas acompañadas de ensaladas frescas y variadas. También se proponen alternativas para los dulces, optando por mermeladas sin azúcar o frutas frescas en lugar de productos refinados.
La carne asada sigue siendo la opción predilecta para el plato principal, pero se puede complementar con ensaladas que incluyan hojas verdes como rúcula, espinaca y lechuga, junto con vegetales frescos como zanahoria, tomate y pepino. Para quienes buscan algo más completo, se pueden añadir láminas de queso y huevo, que aportan proteínas y mayor saciedad. Un toque de semillas de sésamo, chía o girasol brinda textura crocante y valor nutritivo. Incluso, incorporar frutas como manzana, pera o granada puede dar frescura extra y antioxidantes. En cuanto a los postres, el pionono vuelve a tomar protagonismo, pero ahora con mermeladas sin azúcar o frutas frescas para evitar el consumo excesivo de azúcares. Por último, el pan dulce y los turrones también tienen versiones más saludables, como aquellos que contienen frutos secos y chocolate amargo en lugar de frutas abrillantadas, o el turrón de almendra, más rico en grasas saludables y fibra.