El Gran Premio de Emilia Romagna dejó al descubierto las dificultades que enfrenta Ferrari en su desempeño clasificatorio. Aunque el equipo aspiraba a un fin de semana exitoso, los resultados iniciales fueron decepcionantes. Durante la sesión del sábado, ambos monoplazas quedaron fuera de la Q2, lo que generó preocupación entre los aficionados y miembros del equipo. Este contratiempo puso en evidencia una debilidad crucial: la falta de rendimiento a una sola vuelta. Esta limitación no solo afecta a Ferrari, sino también a Lewis Hamilton, cuya lucha por mantenerse competitivo ha sido particularmente intensa.

Un análisis más profundo revela cómo esta situación impacta directamente en la confianza del equipo. Fred Vasseur, director del equipo Scuderia, reconoció públicamente la necesidad de mejorar significativamente en clasificación. La comparación con temporadas anteriores muestra un patrón preocupante: Hamilton ha enfrentado serias dificultades para superar a sus compañeros de equipo, tanto en Mercedes como ahora en Ferrari. Mientras George Russell destacaba consistentemente con poles y mejores posiciones, Hamilton encuentra cada vez más retos para mantenerse competitivo. Sin embargo, la estrategia arriesgada implementada durante la carrera en Ímola demostró cierta efectividad, permitiendo avanzar desde posiciones desfavorables.

El optimismo emerge cuando se evalúa el desempeño general durante las carreras. A pesar de iniciar desde posiciones alejadas, Ferrari mostró un sólido ritmo que les permitió acortar distancias con los líderes. Lewis Hamilton concluyó en cuarta posición, destacando que con más vueltas podría haber competido aún mejor. Esto refleja un punto clave: si bien las sesiones de clasificación siguen siendo un desafío, el potencial del auto en condiciones de carrera es innegable. Para avanzar, el equipo debe enfocarse en cerrar la brecha clasificatoria, ya que una mejor posición inicial facilitaría estrategias más agresivas y resultados aún más satisfactorios.