Ha descubierto un mediocampo titular que es la espina dorsal del equipo. Físico, potente y con cierta clase, saben cómo filtrar el balón y morder a la defensa. Barrios tiene una elegante zancada, De Paul, la imaginación para inventar y Gallagher una voluntad de entrega.
Y Giuliano, que había dudas antes, ahora está dando lo mejor de sí. En la minicrisis en Oporto y en el triste juego en Sevilla, mostró que puede ser clave. Con la fe y la entrega, está creciendo y contagiando a su equipo. Un gol y dos asistencias en diez partidos demuestran su impacto.
El portero del Valladolid tuvo que trabajar duro, pero poco pudo hacer frente a la velocidad y la precisión del Atlético. Un córner y un despiste de la defensa pucelana dieron lugar al primer gol, y el tercero fue una tiralíneas impresionante.
De Paul mostró su maestría en la jugada que definió el tercer gol. Una jugada a toda velocidad con una preciosa pared de Galán, un pase atrás, una dejada y una llegada en segunda línea.
El Atlético sigue adelante, como un tren en marcha. Y con el próximo rival, el Cacereño, tendrán que estar alerta. Quedan muchas victorias por conquistar para acercarse a las 13 seguidas del 12/13.
Este Atlético es una fuerza imparable, con jugadores que saben cómo ganar. Y aunque haya dudas sobre algunos, el equipo funciona como un todo.