Conmoción global tras la partida del papa Francisco, cuyo fallecimiento este lunes a las 7:45 AM desencadenó una serie de eventos protocolares y ceremoniales en Roma. La noticia ha puesto en marcha tanto los preparativos para el funeral como las etapas previas al Cónclave que elegirá al próximo líder espiritual de la Iglesia Católica. Este tránsito histórico marca el fin de un papado marcado por cambios significativos y abre un nuevo capítulo en la historia del Vaticano.

La Ciudad del Vaticano se encuentra ahora en un estado de alerta máxima mientras miles de fieles y representantes de todo el mundo convergen hacia Roma. El Colegio Cardenalicio ya ha emitido un comunicado oficial anunciando el inicio de las congregaciones generales, programadas para comenzar este martes a las 9:00 AM. Durante estas reuniones, los cardenales debatirán y organizarán los detalles del funeral y la elección del sucesor.

El legado de Francisco seguirá presente durante este proceso. En sus últimas voluntades, reveladas este mismo lunes por la tarde, expresó su deseo de ser enterrado de manera sencilla en Santa María la Mayor, rompiendo con las tradiciones de fastuosidad característica de otros pontífices. Este gesto refleja la humildad que definió su papado.

Además, los rituales vinculados al Cónclave podrían acelerarse debido a las instrucciones dejadas por el difunto papa. Francisco nombró a una mayoría significativa de los cardenales electores, lo que podría influir en la selección de un sucesor continuista con su visión progresista y reformadora.

Las condolencias han llegado desde todos los rincones del planeta, destacándose mensajes de figuras reales como los reyes Felipe y Letizia de España y Carlos y Camila del Reino Unido. Su popularidad global convierte esta transición en un momento de reflexión no solo para los católicos, sino también para quienes admiraron su liderazgo ético y humanitario.

En las próximas horas, el mundo observará cómo se desarrollan estos acontecimientos históricos, que marcarán el inicio de una nueva era en el corazón de la cristiandad. Mientras tanto, Roma se prepara para recibir a multitudes que desean rendir homenaje al líder que cambió la percepción moderna de la Iglesia Católica.