El Real Madrid viajó a Guingamp para enfrentar un desafío inusual, ya que el estadio de su oponente no cumplía con los estándares de la UEFA. Por lo tanto, el encuentro se celebró en el Estadio de Roudourou, hogar del equipo local de segunda división francesa. Durante este partido decisivo, los blancos se enfrentaron a una serie de incertidumbres sobre sus próximos rivales en las fases eliminatorias de la Champions League. A medida que avanzaba la jornada final, las posibilidades de enfrentamientos cambiaban constantemente, dependiendo de los resultados simultáneos en otros campos. Finalmente, Rodrygo brilló con un doblete, pero los blancos terminaron detrás de Dortmund y Bayern en la clasificación.
El escenario del partido fue inusual, ya que el conjunto bretón tuvo que trasladarse a 110 kilómetros de distancia para cumplir con los requisitos de la UEFA. Este cambio de ubicación añadió una capa adicional de complejidad al evento. El Real Madrid, consciente de la importancia del juego, se enfocó en dar lo mejor sobre el terreno de juego, aunque los pensamientos sobre futuros cruces rondaban en la mente de jugadores y cuerpo técnico. Ancelotti, sin embargo, mantuvo la atención en el presente, insistiendo en la importancia del rendimiento actual.
Tras el silbato final, la atención se desvió rápidamente hacia las pantallas y dispositivos móviles, donde todos buscaban información sobre los resultados concurrentes y los potenciales rivales. Los minutos finales del partido fueron intensos, con especulaciones sobre si el Manchester City sería el próximo oponente del Madrid. Rodrygo, quien marcó dos goles cruciales, expresó su preocupación por los posibles cruces posteriores al partido. La tensión era palpable, ya que cada gol en otros partidos alteraba las posibilidades de enfrentamiento.
A pesar de la victoria con un doblete de Rodrygo y un gol de Bellingham, el Madrid no pudo superar a Dortmund y Bayern en la tabla general. Esto significó que los blancos tendrían que esperar hasta el sorteo para conocer a su rival en la siguiente fase. Mientras tanto, equipos como el Atlético de Madrid y el Bayer Leverkusen también aguardaban ansiosos por saber quiénes serían sus contrincantes en octavos. El formato de emparejamientos en la Champions introdujo una nueva dinámica, creando emocionantes posibilidades de enfrentamientos entre los mejores clubes europeos.
Con el sorteo previsto para el viernes, el Madrid podría enfrentarse al Celtic de Glasgow o al Manchester City en la próxima ronda. Independientemente del resultado, queda claro que el camino hacia la gloria en la Champions será desafiante. Los blancos demostraron su capacidad para competir en momentos cruciales, pero saben que aún queda mucho trabajo por hacer. Cada partido desde ahora será vital para determinar quién avanza en esta competición tan prestigiosa.