En el contexto de la toma de posesión del presidente de Estados Unidos, Melania Trump ha dejado huella con su presencia elegante y distintiva. Desde las ceremonias iniciales hasta los bailes inaugurales, cada aparición de la Primera Dama ha sido un testimonio de su singular sentido de la moda. El vestido bicolor para los bailes de 2025 y el diseño sobrio pero dramático para la investidura han destacado por su originalidad y sofisticación, demostrando una vez más el impacto visual que Melania puede generar a través de sus elecciones de atuendo.
Para los actos protocolarios del 20 de enero de 2025, la recién estrenada Primera Dama optó por un look que combinaba seriedad y glamour. Su elección de un abrigo azul marino con doble botonadura fue un gesto hacia la tradición, mientras que el sombrero bicolor añadía un toque contemporáneo al conjunto. Este vestuario no solo reflejaba su personalidad, sino también su capacidad para equilibrar lo clásico con lo innovador.
La apariencia de Melania durante estos momentos cruciales se vio realzada por un abrigo de Adeam Lippes, cuyo estilo atemporal y artesanía impecable hablan de la calidad de su diseño. Un sombrero de Eric Javits completaba el look, creando un halo misterioso que envolvía su rostro. Los salones de Manolo Blahnik, un diseñador español reconocido, aportaron un toque internacional y refinado. Cada elemento del vestuario estaba meticulosamente seleccionado para transmitir una imagen de autoridad y distinción.
Cuando llegó el momento de los bailes inaugurales, Melania volvió a sorprender con un vestido bicolor diseñado por Hervé Pierre. Este diseño, que contrastaba blanco y negro en un patrón zigzag, era una muestra de audacia y creatividad. La banda negra que recorría el vestido desde el pecho hasta la falda no solo resaltaba su figura, sino que también añadía un elemento de drama al atuendo.
El vestido, que presentaba una abertura lateral en la falda, permitía movimientos gráciles y fluidos, ideal para las danzas. Como complementos, la Primera Dama eligió unos salones a juego y un choker con un broche floral de diamantes. Esta joya, que adornaba su garganta, era tanto un detalle estético como una declaración de lujo. Comparado con su vestido vainilla de 2017, este nuevo diseño mostraba una evolución en su estilo, manteniendo siempre ese aire de elegancia que la caracteriza.