La incertidumbre rodea el destino del transporte público urbano de Vigo, con la fecha límite para la concesión actual aproximándose rápidamente. En pocos días, el 7 de junio, finalizará la vigencia del contrato con Vitrasa, dejando a la ciudad sin un plan claro sobre cómo continuarán los servicios esenciales. Los líderes locales han sido instados a proporcionar claridad y transparencia frente a rumores sobre una prórroga que aún no muestra evidencias formales de gestión.

Desde el BNG, se ha expresado preocupación por la falta de información oficial. El portavoz Xabier Pérez Igrexas resaltó la necesidad de tomar decisiones fundamentadas en beneficio de todos los ciudadanos. Según su perspectiva, este momento crítico representa una oportunidad única para redefinir el sistema de transporte público. La propuesta de crear una empresa municipal centrada en la remunicipalización del servicio busca garantizar un modelo sostenible y eficiente que priorice las necesidades colectivas sobre intereses privados.

Este debate trasciende lo administrativo y toca temas clave como la equidad social y el desarrollo sostenible. Al considerar opciones que fortalezcan el bien común, Vigo podría marcar un precedente positivo en la gestión de servicios públicos. La posibilidad de evitar modelos privatizados insuficientes abre paso a un futuro donde el transporte urbano no solo conecte puntos geográficos, sino también comunidades mediante políticas inclusivas y justas.