Wall Street experimentó un cambio radical tras la decisión del presidente estadounidense de posponer los nuevos aranceles por 90 días, excepto aquellos dirigidos a China. Este giro fue precedido por advertencias del mercado de renta fija y voces de inversores preocupados. La reacción inicial del mercado fue negativa, con caídas significativas en Asia y Europa que llevaron al índice S&P 500 y Dow Jones a iniciar con pérdidas. Sin embargo, tras el anuncio presidencial, las acciones mostraron una recuperación notable, especialmente el S&P 500, que registró su mejor desempeño en casi dos décadas. Esto levantó sospechas sobre posibles operaciones con información privilegiada, lo que llevó a pedidos de investigación desde el Partido Demócrata.
La controversia se amplificó cuando se reveló un aumento significativo en las transacciones de derivados minutos antes del anuncio oficial. Operadores compraron masivamente opciones sobre índices clave como el S&P 500, generando retornos extraordinarios para algunos inversores. El debate sobre estas prácticas ha llegado al Congreso, donde figuras prominentes como Alexandria Ocasio-Cortez han demandado mayor transparencia y prohibición de operaciones bursátiles por parte de legisladores, argumentando posible conflicto de intereses.
Ante señales preocupantes del mercado financiero y críticas de inversores, el presidente decidió ajustar su estrategia arancelaria. Este cambio ocurrió después de fuertes declives globales que afectaron tanto al sector asiático como europeo, reflejándose inicialmente en pérdidas dentro de los principales índices estadounidenses. Aunque mensajes optimistas provenientes del presidente no lograron calmar las tensiones iniciales, la posterior pausa en los aranceles provocó una reacción positiva, impulsando un repunte histórico en Wall Street.
El inicio de la jornada presentaba incertidumbre, marcada por declives internacionales y una actitud indecisa entre los principales índices. El S&P 500 y el Dow Jones comenzaron con números rojos, mientras el Nasdaq buscaba estabilizarse. Las palabras tranquilizadoras del presidente no fueron suficientes para revertir esta tendencia hasta que llegó el anuncio de pausa arancelaria. Esta medida tuvo un impacto inmediato, transformando rápidamente la percepción negativa en una euforia colectiva. Los índices mostraron ganancias sin precedentes, destacándose particularmente el S&P 500, que vivió uno de sus mejores momentos históricos con incrementos cercanos al 10%.
Las acusaciones surgieron tras observarse un incremento atípico en transacciones financieras justo antes del anuncio oficial. Derivados relacionados con índices clave fueron objeto de actividad frenética, sugiriendo conocimiento anticipado de eventos importantes. Esto generó debates sobre ética y regulación dentro del ámbito político-financiero, llevando a figuras políticas a exigir investigaciones formales.
En detalle, los registros muestran un aumento significativo en la compra de opciones específicas sobre el S&P 500, cuyos rendimientos podrían alcanzar niveles extremadamente altos bajo ciertas condiciones. Estas operaciones permitieron a algunos inversores obtener beneficios extraordinarios, multiplicando sus inversiones en cuestión de minutos. Tal situación ha sido comparada con prácticas similares a loterías financieras, pero con mayores probabilidades de éxito si existe acceso previo a información crítica. Legisladores como Alexandria Ocasio-Cortez han subrayado la necesidad de mayor transparencia, señalando que cualquier acción reciente debe ser revisada para evitar abuso de poder. Además, voces dentro del Congreso piden reformas que prohíban operaciones bursátiles por parte de funcionarios públicos, promoviendo así un entorno más equitativo y ético.