Miles de niños en España encuentran refugio bajo el sistema de protección infantil, siendo aproximadamente 52.000 los menores tutelados por este programa. De ellos, cerca de 18.000 conviven en hogares de acogida, mientras que el resto residen en instituciones especializadas. A pesar de las normativas legales que promueven el cuidado familiar sobre el residencial, muchos pequeños enfrentan complejas situaciones antes de adaptarse a una nueva vida llena de oportunidades. Algunos son adoptados permanentemente, mientras otros experimentan diversas modalidades de acogimiento temporal o definitivo. Este artículo explora una historia particular: la de una madre de acogida que acompañó a dos niñas durante su proceso de retorno a su familia biológica mediante un cuento emocionalmente significativo.
En septiembre de 2022, Gloria G., junto con su esposo, inició un acogimiento permanente con dos hermanas pequeñas. Tras varios meses juntos, en julio de 2024, las niñas regresaron con sus padres biológicos. Para facilitar esta transición difícil, Gloria escribió un libro titulado "El viaje de Mía y Alba", diseñado específicamente para ayudar a las niñas a comprender que no estaban siendo abandonadas, sino trasladadas a otro entorno amoroso.
Este cuento ilustra cómo el apoyo emocional puede ser crucial tanto para los niños como para sus familias de acogida durante procesos tan desafiantes. Además, destaca la importancia de herramientas psicológicas y recursos educativos en momentos de cambio radical.
Gloria subraya que la clave para ayudar a los niños pequeños es ofrecerles explicaciones claras y afectuosas. A través de técnicas como la narrativa visual y verbal, ella logró transmitir esperanza y seguridad en un contexto lleno de incertidumbre. Las niñas, aunque no comprendieron completamente la situación, sintieron el amor y compromiso detrás de cada palabra compartida.
Otro aspecto relevante abordado en esta experiencia es el duelo vivido por las familias de acogida. Gloria reconoce que fue un desafío emocional intenso pero necesario para garantizar la estabilidad de las niñas. En su hogar, se fomentó un ambiente abierto donde tanto adultos como niños pudieran expresar sus sentimientos sin restricciones.
Finalmente, Gloria reflexiona sobre la necesidad de mejorar el sistema de protección infantil en España. Propone un mayor acceso a recursos psicológicos y acompañamiento continuo para todas las partes involucradas. Asimismo, defiende la importancia de mantener vínculos entre las familias de acogida y biológica después del retorno, lo cual contribuye al bienestar integral de los niños.
La experiencia de Gloria no solo ha transformado su vida personal, sino que también ha dejado una marca profunda en quienes conocen su historia. Ser padres de acogida implica grandes sacrificios, pero ofrece recompensas igualmente significativas. A través de acciones como escribir cuentos o compartir experiencias, personas como Gloria inspiran a otros a considerar seriamente el papel vital que pueden desempeñar en la vida de estos pequeños.