La icónica película "The Matrix", obra maestra de las hermanas Wachowski, marcó un antes y un después en el cine de ciencia ficción. Combinando acción trepidante con reflexiones filosóficas profundas, esta cinta revolucionó la industria cinematográfica. Uno de sus elementos más memorables es la famosa lluvia de código verde que aparece en pantalla. En 2017, Simon Whiteley reveló cómo fue su proceso creativo detrás de este fenómeno visual, incluyendo los desafíos iniciales para cumplir con las expectativas de las directoras. Basándose en la cultura asiática, especialmente en lo japonés, transformó una idea inicial en algo orgánico y fluido.
Aunque Whiteley se inspiró en libros de cocina japoneses, optó por utilizar caracteres katakana, un silabario destinado a palabras extranjeras, en lugar de hiragana o kanji. Este detalle aseguraba que incluso quienes dominan el japonés no pudieran descifrar fácilmente las recetas presentadas en la película. Además, mantuvo en secreto qué publicación exacta utilizó como fuente de inspiración, añadiendo un toque mágico al proceso creativo.
Simon Whiteley enfrentó el desafío de crear un diseño que capturara la esencia del mundo asiático, conforme a las exigencias de las hermanas Wachowski. Inicialmente, las directoras rechazaron su propuesta debido a su falta de conexión con la tradición japonesa. Esto llevó a Whiteley a explorar recursos personales, aprovechando su relación con su esposa japonesa, quien le ayudó a entender cuáles caracteres eran apropiados. Esta colaboración dio forma a un concepto más auténtico.
Whiteley encontró inspiración en libros de cocina japoneses pertenecientes a su hogar. Durante semanas, dedicó tiempo a pintar a mano cada uno de los caracteres seleccionados, posteriormente digitalizándolos para integrarlos en la dinámica visual de la película. Su enfoque permitió que estos símbolos fluyeran como una cascada en la pantalla, representando una fusión entre lo mecánico y lo orgánico. Este proceso subraya cómo la tecnología y la cultura pueden entrelazarse para crear algo innovador y estéticamente fascinante.
Un aspecto intrigante de la creación de la lluvia de código radica en el uso estratégico del katakana, un silabario japonés reservado principalmente para palabras extranjeras. Aunque las recetas originales provenían de fuentes en hiragana y kanji, Whiteley decidió cambiar el formato para mantener el misterio intacto. Esto garantizaba que incluso aquellos versados en japonés no pudieran interpretar directamente las recetas presentadas en "The Matrix".
Además, Whiteley reveló que inicialmente consideró hacer que los caracteres fluyeran de izquierda a derecha, pero rápidamente notó que tal movimiento carecía de impacto emocional. Optó entonces por el efecto final que conocemos hoy, donde los caracteres caen verticalmente, evocando una sensación de fluidez y continuidad. El artista también conservó el misterio sobre qué libro específico utilizó, mencionando que en realidad era una revista común en Japón. Esta decisión refuerza el encanto místico detrás de uno de los elementos visuales más reconocibles de la historia del cine.