La historia de Vivi es un testimonio de coraje y perseverancia. Frente a los desafíos y la discriminación, ella eligió no callarse y continuar persiguiendo sus sueños. La pasista enfatiza que cada risa o comentario hiriente dirigido hacia ella no solo afecta su dignidad personal, sino que también refleja una falta de empatía y comprensión hacia quienes viven con discapacidades.
Cada vez que se presenta en la pista, Vivi no solo lleva consigo el amor por el samba, sino también un compromiso inquebrantable con la lucha por la inclusión y la igualdad. A través de su arte, busca transmitir un mensaje de esperanza y resistencia, mostrando al mundo que las barreras no deben ser obstáculos insuperables.
Las palabras pueden herir profundamente, especialmente cuando están cargadas de prejuicios y estereotipos. Vivi explica cómo las bromas y comentarios despectivos no solo son ofensivos, sino que también perpetúan un ciclo de discriminación y exclusión. Es crucial entender que la diversidad debe ser celebrada, no ridiculizada. Cada individuo merece respeto y dignidad, independientemente de sus capacidades físicas o mentales.
La sociedad tiene la responsabilidad de promover una cultura de empatía y comprensión. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en esta transformación, al brindar plataformas para voces como la de Vivi. Al escuchar sus historias, podemos aprender valiosas lecciones sobre la importancia de tratar a todos con igualdad y respeto. El cambio comienza con pequeñas acciones cotidianas, desde elegir nuestras palabras cuidadosamente hasta apoyar iniciativas inclusivas en nuestras comunidades.
Para Vivi, el samba es mucho más que un baile; es una forma de sanar y encontrar fuerza en medio del dolor. Cada movimiento, cada nota musical, se convierte en un acto de liberación y autoexpresión. A través del ritmo y la melodía, logra superar las barreras impuestas por la sociedad y conectarse con una comunidad que valora su talento y dedicación.
El samba también ha sido una fuente constante de inspiración para Vivi. Ha encontrado en él un espacio donde puede ser auténtica y verdadera, sin temor al juicio o a la crítica. Este arte le ha permitido descubrir facetas desconocidas de sí misma y desarrollar una confianza inquebrantable. Además, el samba le ha ofrecido una plataforma para compartir su mensaje de inclusión y aceptación con un público más amplio, contribuyendo así a la creación de un mundo más justo y compasivo.