La determinación de Maverick Viñales es palpable cuando enfrenta cada entrevista o competición. Su capacidad para avanzar sin dejarse llevar por los contratiempos lo convierte en uno de los referentes más interesantes del motociclismo moderno.
Viñales describe su situación actual como un "momento dulce". Este sentimiento no solo se relaciona con su desempeño en la pista, sino también con su perspectiva vital. Aunque el decimocuarto lugar en Qatar pareció opacado por una sanción injusta, el piloto conserva una actitud constructiva. Para él, ese incidente forma parte del pasado, y su enfoque está en mejorar continuamente.
Esta mentalidad le permite analizar sus carreras con objetividad. Reconoce que, aunque no obtuvo los mismos resultados en Argentina y Austin que en Qatar, las sensaciones fueron similares. Lo crucial, según Viñales, es mantener la paciencia y confiar en el proceso. Este enfoque le ha permitido comprender mejor su moto y adaptarse a diferentes escenarios.
Uno de los aspectos más destacados de Viñales es su habilidad para vivir en el presente. Esta filosofía le ayuda a superar cualquier obstáculo emocional que pueda surgir tras eventos complicados, como la sanción en Qatar. Al enfocarse únicamente en lo que puede controlar hoy, evita quedarse atrapado en pensamientos negativos sobre el pasado.
Su concentración en cerrar la brecha con Ducati demuestra su compromiso con el progreso. Viñales reconoce áreas clave donde necesita mejorar, como la transición entre el freno y el acelerador, un detalle técnico que puede marcar la diferencia en competiciones tan ajustadas. Sin embargo, subraya que esta limitación ya fue pilotada con éxito en Qatar, lo que indica avances significativos.
El papel de Manu Cazeaux, su técnico, es fundamental en este renacimiento. Viñales valora enormemente su colaboración, considerándolo el mejor técnico disponible. Esta alianza le brinda tranquilidad y seguridad, sabiendo que todos los preparativos estarán listos antes de cada carrera.
Además, Viñales muestra orgullo por influir en decisiones técnicas importantes, como la prueba de una KTM similar a la suya por parte de Binder en Jerez. Esto evidencia su impacto dentro del equipo y su disposición a compartir conocimientos que puedan beneficiar a otros pilotos.
Viñales está convencido de que su rendimiento seguirá mejorando en cada competencia. Reconoce que algunos circuitos pueden favorecer más su estilo de conducción que otros, pero subraya que el potencial está ahí. Jerez, aunque diferente a Qatar, representa una oportunidad para demostrar nuevamente su talento.
Para Viñales, el mejor momento de su carrera es el presente. Cree firmemente que tiene mucho más que ofrecer y que esta sensación de fluidez con la moto es esencial para alcanzar niveles superiores. Su objetivo es empujar hasta ese 110 %, algo que solo se logra cuando todo fluye perfectamente.