En un giro significativo hacia el reconocimiento del poder transformador de las industrias culturales, el presidente Pedro Sánchez ha destacado su papel crucial en la diplomacia y cooperación internacional. Durante su intervención en la presentación de un informe elaborado por la fundación Cotec sobre la situación actual de estas industrias en España, el mandatario subrayó la necesidad de aprovechar el impacto económico y social de este sector. Este evento contó con la presencia de seis ministros clave de su Gabinete, incluidos Ernest Urtasun, ministro de Cultura, y Manuela Vila, encargada del Departamento de Asuntos Culturales dentro de Moncloa. Sánchez reiteró que la cultura debe ser una herramienta activa en debates políticos y sociales, anunciando medidas estratégicas como el Plan Nacional de Acción Cultural en el Exterior.

Desde el inicio de esta legislatura, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha optado por una estrategia inédita al delegar el Ministerio de Cultura a su socio de coalición, permitiendo así que Ernest Urtasun asumiera el cargo. Paralelamente, se creó un Departamento de Asuntos Culturales dentro de la estructura de Moncloa, liderado por Manuela Vila. Esta decisión evidenció desde temprano la importancia que el gobierno otorga a mantener una conexión directa con el sector cultural. El presidente Sánchez dejó claro este compromiso durante su participación en un acto donde se discutieron los hallazgos de un estudio realizado por Cotec. Este informe reveló no solo el potencial económico del turismo cultural para impulsar la recuperación post-Covid, sino también la relación positiva entre inversión en cultura y beneficios económicos generales.

El discurso de Sánchez abarcó diversos temas relevantes, desde la defensa de valores fundamentales hasta posiciones específicas como el apoyo a la exclusión de Israel de Eurovisión. Enfatizó la relevancia de que los agentes culturales participen activamente en el debate político nacional e internacional. Citando ejemplos internacionales, el líder socialista criticó demandas de silencio hacia figuras prominentes del arte y la música, particularmente en Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Su llamado fue claro: movilizar a estos actores para defender principios esenciales como la democracia, la igualdad y la paz mundial.

Como parte de este enfoque renovado, el presidente adelantó la publicación en septiembre del Plan Nacional de Acción Cultural en el Exterior, cuyo objetivo es fortalecer la proyección internacional de España mediante cinco líneas de acción específicas. Estas iniciativas buscan consolidar al país como referente global en materia cultural, promoviendo diálogos constructivos y oportunidades económicas. Aunque los datos económicos son prometedores —cada euro invertido genera 1,75 euros adicionales—, el interés público hacia la cultura sigue disminuyendo en términos presupuestarios, lo que plantea desafíos adicionales.

La visión presentada por Sánchez resalta la importancia de integrar el sector cultural en la agenda política y diplomática del país. Con planes concretos para expandir su influencia internacional y posicionarse como motor de cambio social, el gobierno busca establecer un precedente significativo. La coordinación entre diferentes ministerios y la figura de Manuela Vila dentro de Moncloa demuestra un esfuerzo continuo por conectar la cultura con las prioridades nacionales e internacionales, asegurando así un futuro más inclusivo y próspero.