En una entrevista reveladora, la Dra. Marimer Pérez, destacada ginecóloga y obstetra con base en Barcelona, comparte sus profundas reflexiones sobre la maternidad moderna, los prejuicios sociales y su propia experiencia personal. A través de su libro "No me sueltes: Historias reales de una obstetra", Pérez explora temas como la presión social que enfrentan las mujeres al elegir cómo dar a luz, el juicio que sufren por optar por cesáreas o epidurales, y su decisión personal de no tener hijos. Con franqueza, describe cómo su pasión por la obstetricia ha moldeado su vida profesional y personal.
En una ciudad vibrante como Barcelona, donde las tradiciones se entrelazan con la modernidad, la Dra. Marimer Pérez ha dedicado su carrera a cambiar la percepción del parto y la maternidad. Su centro, WoMer, no solo es un espacio para el nacimiento de bebés, sino también un refugio para las madres que buscan apoyo emocional y físico después de un parto difícil. Fundado hace varios años, este lugar único ofrece servicios especializados, desde fisioterapia pélvica hasta atención psicológica perinatal, todo diseñado para acompañar a las mujeres en su viaje maternal.
Pérez menciona que muchas pacientes sienten culpa por necesitar analgesia durante el trabajo de parto o incluso por tener una cesárea. Para ella, esto refleja una sociedad que sigue premiando modelos obsoletos de fortaleza física sin reconocer las realidades actuales de las mujeres. En un mundo donde la edad media al primer embarazo ha aumentado significativamente, es crucial adaptar tanto las expectativas médicas como sociales. La doctora insiste en que cada forma de parto tiene mérito propio y merece respeto igual.
Su enfoque innovador incluye técnicas como las llamadas "cesáreas humanizadas", donde las madres pueden ver a sus hijos nacer mientras aún están en quirófano. Este método transforma lo que podría ser una experiencia fría e impersonal en un momento íntimo y emotivo. Además, aboga por normalizar conversaciones sobre la infertilidad y otras decisiones personales relacionadas con la maternidad, eliminando así tabúes innecesarios.
La sinceridad con la que la Dra. Pérez habla de sus propios desafíos personales resulta inspiradora. Reconoce que su amor por la obstetricia ha influido enormemente en su vida social y amorosa, pero también subraya que estas renuncias son parte integral de cualquier vocación intensa. Al compartir su historia, nos recuerda que nadie puede tenerlo todo perfectamente equilibrado; siempre existirá alguna compensación.
Desde una perspectiva periodística, esta entrevista destaca la importancia de romper estigmas asociados con la maternidad y permitir que cada mujer decida libremente cuál es su camino ideal hacia la familia. También enfatiza la necesidad de más figuras femeninas visibles en campos científicos y médicos, demostrando que la excelencia profesional no excluye la empatía humana.