En una entrevista reveladora, Sonia Encinas, especialista en sexualidad durante la maternidad, explora cómo esta etapa transforma no solo a las madres, sino también a sus relaciones. Su libro "El sexo de las madres" aborda temas como la carga mental, la corresponsabilidad, los cambios hormonales y los estereotipos que afectan la percepción sobre la sexualidad femenina tras el nacimiento de un hijo. A través de un análisis profundo, Encinas resalta que estos cambios son temporales cuando se cuenta con apoyo adecuado.
Desde una perspectiva holística, la autora explica que la transformación de la sexualidad en las mujeres es natural y multifacética. En primer lugar, los cambios fisiológicos después del parto tienen un propósito claro: permitir a la madre concentrarse en su vínculo con el bebé y asegurar su bienestar. Sin embargo, este ajuste puede generar sentimientos de culpa si no se comprende correctamente. La falta de comunicación y apoyo por parte de la pareja puede agravar la situación, llevando a una desconexión emocional y física entre ambos miembros de la relación.
Además, Encinas destaca que la responsabilidad de entender estos procesos no debe recaer únicamente en las madres. Es fundamental que las parejas adopten roles más corresponsables para aliviar la sobrecarga que muchas mujeres experimentan. Este enfoque permite que la sexualidad compartida regrese de manera saludable cuando ambas partes sientan el deseo genuino. Durante esta fase, el descanso y el autocuidado juegan un papel crucial.
El embarazo también ofrece beneficios sorprendentes relacionados con la sexualidad. Según Encinas, actividades como la masturbación o el contacto íntimo pueden liberar endorfinas y oxitocina, contribuyendo tanto al bienestar de la madre como al desarrollo del bebé. Estos hallazgos desmontan mitos comunes que sugieren que el sexo durante el embarazo podría ser perjudicial.
Finalmente, la estructura social actual tiene un impacto significativo en la vida íntima de las personas. Las exigencias laborales y familiares generan estrés constante, lo que dificulta la aparición espontánea del deseo sexual. Por ello, Encinas propone reorganizar prioridades para incluir momentos de descanso y conexión personal, promoviendo así un entorno propicio para disfrutar plenamente de la sexualidad.
Comprender estos cambios desde una perspectiva empática y educativa es clave para superar prejuicios y mejorar la calidad de vida tanto de las madres como de sus parejas. Al romper con patrones limitantes, se abre paso a una visión más amplia y respetuosa de la sexualidad humana en todas sus etapas.