El gobierno de Estados Unidos ha anunciado medidas significativas contra las fuentes de financiación del grupo islamista libanés Hizbulá. Estas acciones incluyen una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la interrupción de sus redes financieras. Además, el Departamento del Tesoro ha impuesto sanciones a varios individuos y entidades ligadas al grupo, acusándolos de evadir sanciones internacionales mediante actividades ilegales como el contrabando de petróleo. Este movimiento forma parte de la estrategia de máxima presión contra Irán y su influencia en la región.
En un esfuerzo por desmantelar las operaciones económicas de Hizbulá, el Departamento de Estado ofreció una recompensa sustancial para cualquier dato que ayude a detener su red financiera. Según declaraciones oficiales, estas iniciativas apuntan a debilitar no solo a Hizbulá, sino también a reducir la influencia iraní en Medio Oriente. Las autoridades estadounidenses han destacado que esta organización colabora estrechamente con la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán para generar ingresos ilegales que respaldan actividades terroristas.
Las sanciones específicamente afectan a cinco personas y tres empresas en Líbano, señaladas de facilitar operaciones encubiertas que violan normativas internacionales. El Departamento del Tesoro subrayó que dichas entidades utilizan compañías fantasma para ocultar transacciones y obtener beneficios ilícitos. Este sistema permite continuar con operaciones que socavan la seguridad regional y perpetúan conflictos en la zona.
La portavoz Tammy Bruce reiteró el compromiso de Estados Unidos con la estabilidad en Líbano, asegurando que se seguirán utilizando todos los recursos disponibles para exponer y neutralizar las fuentes de financiamiento de Hizbulá. Enfatizó que no se permitirá que este grupo mantenga secuestrada la soberanía libanesa ni represente una amenaza para la población local.
Este anuncio llega en medio de tensiones renovadas entre Israel y Hizbulá tras la expiración de una tregua temporal en la frontera libanesa. La situación refleja la complejidad del entorno político y militar en la región, donde intereses locales e internacionales convergen en una delicada dinámica de poder.
Con estas acciones, Estados Unidos busca no solo aislar económicamente a Hizbulá, sino también limitar su capacidad operativa en la región. Al mismo tiempo, reafirma su postura de oposición frente a actores que considera responsables de inestabilidad en Medio Oriente, marcando un paso importante dentro de su política hacia Irán y sus aliados estratégicos.