La fotógrafa estadounidense Ayana V. Jackson ha dedicado su carrera a explorar las conexiones históricas y culturales entre África, América y Europa. A través de su obra, la artista desentraña el impacto del colonialismo y la esclavitud en las identidades modernas, especialmente en lo que respecta a la comunidad afrodescendiente. Su exposición actual en Madrid, Nosce Te Ipsum: Membrum Fantasma, no solo celebra la figura femenina afrolatina, sino que también aborda temas profundos relacionados con la descolonización y el reconocimiento histórico.
Jackson utiliza su propio árbol genealógico como punto de partida para reflexionar sobre el pasado compartido de opresión y resistencia. Desde sus antepasados abolicionistas hasta su posición actual como artista contemporánea, ella busca reconectar con las raíces africanas mientras critica los sistemas de poder que han perpetuado la desigualdad racial. Además, su trabajo resalta la importancia de entender cómo la riqueza acumulada durante la época colonial sigue afectando nuestras sociedades actuales.
Ayana V. Jackson explora vínculos familiares y sociales profundamente arraigados en la historia de la diáspora africana. Su búsqueda personal por comprender sus orígenes se convierte en un viaje colectivo hacia la reconciliación y el conocimiento mutuo. A través de imágenes potentes, la artista revela cómo experiencias pasadas continúan moldeando realidades presentes, especialmente dentro de comunidades marginadas.
La trayectoria familiar de Jackson sirve como ejemplo ilustrativo de este proceso. Desde William Still, líder abolicionista y padre del "ferrocarril subterráneo", hasta su abuelo que enfrentó leyes segregacionistas y su padre activista del movimiento Black Power, cada generación ha contribuido al tejido cultural e ideológico de Estados Unidos. Esta conexión directa con figuras clave permite a Jackson ofrecer una perspectiva única sobre la lucha continua por igualdad y justicia social.
Además, su formación académica en instituciones históricamente negras, como Spelman College, refuerza su compromiso con la representación auténtica de experiencias afroamericanas. Estas influencias se manifiestan claramente en su trabajo artístico, donde cada fotografía no solo retrata una persona o lugar, sino que narra historias complejas de identidad y pertenencia.
El uso estratégico de elementos simbólicos, como canciones tradicionales reinterpretadas, añade capas adicionales de significado a su narrativa visual. Por ejemplo, la inclusión de "Angelitos Negros" destaca la necesidad de visibilizar contribuciones africanas en contextos religiosos y culturales dominantes. De esta manera, Jackson no solo documenta su propia herencia, sino que también invita a otros a reconsiderar sus propias conexiones con el pasado.
En su análisis crítico de estructuras coloniales y neocoloniales, Ayana V. Jackson aboga por un entendimiento más profundo de las relaciones económicas y políticas que han configurado nuestro mundo moderno. Reconoce que la riqueza acumulada durante siglos de explotación todavía influye en patrones de desigualdad global. Al mismo tiempo, propone que reconocer estos hechos puede ser un paso crucial hacia la sanación colectiva.
Esta perspectiva se extiende más allá de fronteras nacionales, destacando paralelismos entre diferentes contextos históricos. En España, por ejemplo, el debate sobre descolonización cobra relevancia especial debido a su papel en la trata transatlántica de esclavos. Jackson argumenta que aceptar este legado no significa culpar a generaciones actuales, sino crear oportunidades para construir puentes entre diversas comunidades.
Asimismo, critica tendencias actuales que buscan dividir en lugar de unir, citando ejemplos recientes como la reinstauración del Día de Colón en Estados Unidos. Según ella, estas acciones reflejan un desconocimiento peligroso del entrelazamiento entre pasado y presente. En lugar de culpabilizar a individuos o grupos específicos, sugiere enfocarse en soluciones colaborativas basadas en empatía y diálogo abierto.
Finalmente, conecta problemas contemporáneos con patrones históricos de explotación laboral. Argumenta que la búsqueda constante de mano de obra barata reproduce dinámicas similares a aquellas establecidas bajo sistemas esclavistas. Para avanzar hacia un futuro más equitativo, sostiene que debemos transformar estructuras económicas fundamentales que priorizan ganancias sobre bienestar humano. Este llamado a la acción permea todo su trabajo, recordándonos que comprender nuestra historia es esencial para imaginar mejores posibilidades futuras.