En un caso que ha conmocionado al fútbol español, las autoridades policiales han comenzado a investigar posibles amaños de apuestas relacionados con las acciones del jugador Enrique Jesús Salas Valiente. Durante la última parte de la temporada pasada, Salas acumuló una serie de tarjetas amarillas en circunstancias sospechosas, lo que ha levantado dudas sobre su participación en actividades ilegales. Los agentes del CENPIDA han identificado patrones inusuales en sus intervenciones, especialmente durante los últimos minutos de los partidos, cuando el Sevilla ya no tenía objetivos competitivos claros.
El comportamiento de Salas en el campo ha sido objeto de escrutinio detallado. En siete de los nueve últimos partidos de la temporada, el jugador recibió tarjetas amarillas por infracciones consideradas graves o discusiones con rivales. Estas acciones, que incluyeron derribos temerarios y obstrucciones a ataques prometedores, fueron documentadas por los árbitros en informes enviados a la Real Federación Española de Fútbol. Las circunstancias bajo las cuales ocurrieron estas tarjetas, especialmente en los momentos finales de los partidos, han despertado sospechas sobre posibles amaños.
Los informes detallan incidentes específicos como el cruce extemporáneo con Yeyu en el partido ante el Getafe, la discusión airada con Bailly ante el Villarreal, y la fuerte entrada a Lamine Yamal en el último partido de la temporada. Estos eventos ocurrieron en un contexto donde el Sevilla ya no tenía metas claras en competición, lo que ha llevado a las autoridades a cuestionar si estos actos podrían haber sido intencionados para influir en los resultados de las apuestas deportivas. Los detalles de cada infracción revelan una secuencia de acciones que parecen fuera de lo común, aumentando las sospechas de irregularidades.
Las implicaciones legales y deportivas para Salas son significativas. La Policía Nacional se presentó en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios para trasladar al jugador a la comisaría de Morón de la Frontera, su localidad natal, donde prestó declaración junto a dos amigos. Se habla de unas 30 apuestas presuntamente amañadas en seis establecimientos locales, generando beneficios estimados en torno a los 10.000 euros. Aunque el jugador ha sido liberado, las consecuencias pueden ser devastadoras para su carrera.
Desde el punto de vista legal, Salas podría enfrentarse a cargos de estafa, que conllevan penas de cárcel de hasta tres años y multas considerables. Además, existe la posibilidad de que sea acusado de corrupción deportiva, lo que aumentaría la pena hasta cuatro años y multiplicaría la multa. En el ámbito deportivo, la FIFA y LaLiga tienen estrictas políticas contra el amaño de apuestas, y el futbolista podría recibir sanciones severas, incluyendo multas elevadas y suspensión o inhabilitación para participar en competiciones oficiales durante varios años. El club Sevilla, aunque ha expresado respeto por los procedimientos judiciales y la presunción de inocencia, también ha condenado cualquier conducta fraudulenta que pueda afectar la integridad del deporte.