En sus elaboraciones, se fusionan colores y formas con sabores creados en su nuevo obrador. Las vitrinas muestran cinco piezas de difícil elección, así como cookies, cake de plátano, brioches rellenos, granola casera o roquitas de chocolate. Todo es artesano y hecho a mano, con una calidad excepcional.
Por ejemplo, uno de sus pasteles lleva una mousse de manzana, kiwi y lima; otro es de chocolate negro, trufa, avellana y sal. También hay el de café, chocolate con leche y caramelo; el de cheesecake de fresa con un gel de frambuesa y el que tiene forma de huevo y lleva vainilla, caramelo y cacahuete. Utiliza diferentes técnicas como pralinés, geles, mousses, cremosos y bizcochos para crear estos deliciosos postres.
Little a little, Irene se arriesga y juega con los sabores que le gustan. Cada postre es un testimonio de su creatividad y habilidad en la pastelería. Abre a las 10 y a las 2 del mediodía, y cuando se terminan los productos, cierra el negocio. Prefiere vender poco pero de muchísima calidad.
Además, ITAMA tematiza la decoración de sus elaboraciones y del escaparate en fechas especiales como Navidad, San Valentín, Semana Santa o Halloween. Esto añade un toque especial a cada momento y hace que los postres sean los protagonistas de esos momentos memorables.