El tribunal de Barcelona ha ratificado que el libro El Odio, en el cual José Bretón supuestamente confiesa haber asesinado a sus dos hijos, puede ser distribuido. Este fallo desestima una medida cautelar solicitada por la Fiscalía y otorga luz verde para la circulación de esta obra escrita por Luisgé Martín. La decisión es definitiva y no permite más recursos legales, dejando ahora la última palabra sobre su publicación en manos de Anagrama, la editorial involucrada. En su dictamen, los magistrados señalaron que la solicitud de la Fiscalía podría implicar una forma de censura previa, destacando además las inconsistencias en las alegaciones presentadas.
En un auto emitido el 7 de abril, los jueces criticaron al Ministerio Público por recurrir a medidas cautelares en lugar de iniciar una demanda formal relacionada con posibles violaciones al derecho al honor y la intimidad de los menores afectados. El tribunal subrayó que el objetivo real de la solicitud no era proteger derechos mientras se resolvía una demanda, sino detener la publicación como tal. Esto llevó a los magistrados a considerar que la petición carecía de fundamentos necesarios.
Además, el tribunal señaló que no estaba claro contra quién debería dirigirse una eventual demanda: si contra el autor del libro, contra la editorial o ambos. Este vacío legal fue crucial en la toma de la decisión final. Los magistrados reconocieron la sensibilidad del caso, pero enfatizaron que no existen mecanismos procesales adecuados para atender la solicitud del Ministerio Público dentro del marco constitucional actual.
Este conflicto comenzó cuando la madre de los niños fallecidos presentó una denuncia ante el Servicio de Asistencia a la Víctima de Andalucía. La coordinadora remitió el caso a la Fiscalía de Menores de Córdoba, que posteriormente delegó la responsabilidad a Barcelona debido a la ubicación de la editorial. En octubre de 2011, José Bretón cometió el crimen en una finca cordobesa, siendo sentenciado a cumplir una condena de 25 años en prisión.
El Odio surgió tras una extensa correspondencia entre Bretón y el escritor Luisgé Martín, que incluyó más de 60 cartas intercambiadas durante tres años. Además, hubo encuentros telefónicos y presenciales en la cárcel, lo que permitió al autor profundizar en el tema y dar forma a su obra literaria.
Con este fallo judicial, queda evidente que la controversia no solo recae en la naturaleza del contenido, sino también en cómo se manejan casos tan delicados dentro del sistema legal español. Aunque la decisión judicial está clara, las implicaciones éticas y morales seguirán siendo objeto de debate en los próximos meses.