El diseño del cartel oficial para esta edición capturó la atención mundial al reinterpretar icónicamente la silueta urbana neoyorquina junto al oso madrileño. Este simbolismo no pasó desapercibido durante el recorrido inaugural de Doña Letizia, quien dedicó gran parte de su tiempo a resaltar las conexiones entre ambos mundos. En un ambiente festivo, bajo un sol implacable que alcanzaba los 28 grados, la presencia regia atrajo a más de cien periodistas ansiosos por capturar cada instante.
Eva Orúe, directora de la Feria, guió cuidadosamente a Su Majestad hacia los rincones más significativos, priorizando especialmente el flamante Pabellón Iberoamericano. Este espacio emerge como un puente cultural entre naciones, reuniendo bajo un mismo techo a autores y editoriales que representan la diversidad literaria de la región.
Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando Doña Letizia felicitó personalmente a Morata, un sello centenario que celebra este año un hito histórico. Este reconocimiento público subraya la relevancia de las instituciones editoriales que han moldeado el panorama cultural español durante décadas. No obstante, también hubo espacio para celebrar trayectorias más recientes, como la de Páginas de Espuma, que cumple su vigésimo quinto aniversario.
Otro ejemplo notable es Alberti, que marca medio siglo de contribuciones invaluables al mundo editorial. Estas visitas no solo honran legados establecidos sino que también invitan a reflexionar sobre cómo estas entidades continúan siendo pilares fundamentales de nuestra cultura contemporánea.
Además de destacar nombres consolidados, Doña Letizia reservó tiempo para interactuar con jóvenes editoriales que comparten espacios reducidos pero llenos de potencial creativo. En la caseta 164, La Huerta Grande, Demipage y Círculo de Tiza presentaron sus proyectos innovadores dentro de apenas tres metros cuadrados. Este gesto refleja la apuesta constante de la Reina por fomentar nuevas generaciones de creadores y pensadores.
Estas pequeñas editoriales desempeñan un papel crucial en la revitalización de la escena literaria actual, ofreciendo plataformas para voces frescas que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Su Majestad reconoció explícitamente esta labor al detenerse en estos lugares emblemáticos de innovación editorial.
Entre las paradas más memorables estuvo la interacción con un grupo de estudiantes de primaria procedentes del barrio de Vicálvaro. Doña Letizia aprovechó esta oportunidad para preguntarles si preferían dispositivos móviles o libros tradicionales, compartiendo abiertamente su propia preferencia por el tacto del papel frente a formatos digitales. Este momento encapsula su compromiso con la promoción de la lectura en todas las edades.
Esta conexión interpersonal es fundamental para inspirar futuras generaciones de lectores. Al animar a los niños a desarrollar hábitos lectoras desde temprana edad, se está sembrando el germen de una sociedad más culta e informada.
En su paso por la caseta de RTVE, fue interpelada sobre posibles recomendaciones bibliográficas. Aunque inicialmente declinó seleccionar títulos específicos, finalmente mencionó obras maestras de Federico García Lorca y Gabriela Mistral, dos gigantes de la literatura hispanohablante. Estas referencias no son casuales; reflejan una inclinación hacia textos que trascienden barreras temporales y geográficas.
Doña Letizia utilizó su aparición en Telemadrid para extender una invitación pública a todos los ciudadanos: “Vengan a la Feria, vengan al Retiro”. Este llamamiento resonó profundamente entre quienes ya habían acudido con entusiasmo, demostrando que la magia de la palabra escrita sigue atrayendo multitudes.
A lo largo de su paseo, Doña Letizia adquirió veinte nuevos títulos que revelan tanto sus intereses actuales como su visión holística de la literatura. Desde novelas contemporáneas hasta clásicos indiscutibles, esta selección demuestra una curiosidad intelectual insaciable. Autores como Irene Reyes-Noguerol, Ursula K. Le Guin y Rainer Maria Rilke encuentran su sitio junto a figuras históricas como Sebastián de Covarrubias.
Cada elección parece estar meditada para ampliar horizontes y explorar temas diversos. Este eclecticismo bibliográfico es una declaración de principios sobre la importancia de mantenerse siempre abierto a nuevas ideas y perspectivas.