Un acontecimiento excepcional marcó el día en la plaza, donde las emociones se entrecruzaron con los destellos de grandeza. A pesar del esfuerzo demostrado por figuras como Roca Rey y Rafa Serna, fue imposible eclipsar la resonancia dejada por Morante de la Puebla. Su actuación quedará grabada en la memoria colectiva como un ejemplo insuperable. Mientras algunos intentaban minimizar su faena maestra, la Asociación de la Prensa de Madrid reconoció justamente su hazaña con la Oreja de Oro, destacando su contribución histórica al arte taurino. La tarde avanzaba cargada de tensiones, pero la verdad artística no podía ser ocultada.
El toreo continuó con momentos llenos de intensidad y desafíos. Entre ellos, Roca Rey enfrentó ejemplares exigentes, mostrando una capacidad táctica notable. Con uno de sus toros, logró despertar al público a través de una lidia inteligente y bien estructurada. En una primera fase, optó por manejar cuidadosamente al animal, adaptándose a sus características; luego, en una segunda parte más agresiva, capturó la atención con series contundentes y giros circulares que conectaron profundamente con el alma popular. Por otro lado, Rafa Serna confirmó su alternativa con dignidad, destacándose por su firmeza ante un oponente complicado. Aunque el toro carecía de fondo bravo, Serna supo aprovechar sus virtudes para construir una labor sólida, incluso en medio de dificultades técnicas y físicas.
En esta jornada también hubo espacio para reflexionar sobre el valor del arte y su permanencia en el tiempo. La ceremonia realizada con Bizantino, un ejemplar significativo, simbolizó la conexión entre tradición e innovación dentro de la tauromaquia. Este acto sirvió como recordatorio de cómo ciertas actuaciones trascienden lo inmediato y se convierten en referentes eternos. En ese sentido, la figura de Morante resplandeció aún más cuando la noche llegó, reforzando la idea de que verdaderas obras maestras no pueden ser opacadas ni olvidadas fácilmente. El toreo vive gracias a quienes lo elevan a niveles superiores, dejando testimonios que inspiran generaciones futuras.