El número de identificación único que acompaña a cada teléfono móvil en todo el mundo es clave para garantizar su seguridad. Este código, conocido como IMEI, puede encontrarse en un adhesivo ubicado en la parte trasera del dispositivo. Aunque muchos usuarios lo consideran irrelevante o estéticamente incómodo, este sticker contiene información vital que merece atención. Descubrir qué hacer con esta etiqueta y cómo protegerla es fundamental para evitar riesgos asociados a fraudes y suplantaciones de identidad.
El IMEI, o Identidad Internacional de Equipos Móviles, actúa como una especie de documento de identidad personal para los teléfonos móviles. Este número único, compuesto por 15 a 17 dígitos, juega un papel crucial en diversos aspectos operativos y de seguridad. Por ejemplo, permite a los operadores controlar el acceso a las redes, bloquear dispositivos robados y gestionar servicios relacionados con la garantía y reparación. Sin embargo, mantener visible este código puede tener consecuencias negativas si cae en manos equivocadas.
Dejar expuesto el IMEI incrementa significativamente el riesgo de fraude digital. Con este número, un ladrón podría intentar clonar el dispositivo o verificar la autenticidad del mismo en el mercado negro. Es por ello que se recomienda retirar la pegatina y almacenar el código en un lugar seguro. Existen varias formas de conservarlo: desde guardar el sticker en la caja original del teléfono hasta anotar el número en un archivo protegido por contraseña.
Para aquellos que prefieren eliminar la etiqueta, siempre existe la posibilidad de consultar el IMEI directamente desde el dispositivo. En teléfonos Android, marcando *#06# en la aplicación de llamadas aparecerá el número en pantalla. Para los usuarios de iOS, basta con dirigirse a "Ajustes", luego a "General" y finalmente a "Información". Además, si el sticker no está presente, la caja del teléfono suele contener esta información importante.
Proteger el IMEI es más que una simple recomendación; es una medida esencial para salvaguardar tanto el dispositivo como la privacidad personal. Al retirar la pegatina y almacenar este dato en un sitio seguro, se reduce considerablemente el riesgo de fraude. Esta acción simple pero efectiva asegura que el número solo sea accesible cuando realmente sea necesario, preservando así la integridad del teléfono y su propietario.