Ferran Adrià, reconocido mundialmente por transformar la cocina con su innovación, recientemente reflexionó sobre su trayectoria y el impacto que tuvo el mítico restaurante elBulli en la formación de grandes chefs. En una entrevista realizada por ‘Ràdio Flaixbac’, Adrià destacó cómo la alta cocina creativa dejó de ser exclusividad francesa para convertirse en un fenómeno global. Actualmente dedicado a proyectos como el museo ‘elBulli 1846’ y la escritura de libros, el chef valora positivamente los restaurantes a los que asiste, consciente del esfuerzo que implica el sector. Además, compartió detalles de sus hábitos culinarios personales y su preferencia por comidas sencillas. La entrevista también dio paso a una receta saludable y estéticamente atractiva: vasitos de kiwi fresco con cremoso de coco y base de granola, ideal para quienes buscan equilibrio entre sabor y bienestar.
Durante una charla en Ràdio Flaixbac, en las cercanías de Barcelona, Ferran Adrià repasó la evolución de la cocina creativa y su papel en esa revolución. Recordó cómo elBulli se convirtió en un semillero de talento, atrayendo a estudiantes de todo el mundo y generando una cadena de excelencia culinaria. Entre los nombres mencionados figuraron José Andrés y los hermanos Roca, exponentes destacados surgidos de aquella escuela. Adrià explicó cómo la rotación del equipo durante los seis meses anuales de cierre del restaurante permitió renovar constantemente el talento. En un tono más relajado, confesó su rutina matutina: desayunos simples compuestos por café y fruta, aunque reconoció disfrutar más cuando se encuentra en hoteles. Con sentido del humor, ironizó sobre la percepción de la cocina creativa, comparándola con lo realmente sorprendente que puede ser un buffet tradicional.
Escuchar a Ferran Adrià hablar no solo es un viaje por la historia de la gastronomía moderna, sino también una lección sobre humildad, perseverancia y visión. Su capacidad para reinventarse y mantenerse relevante sin estar detrás de una hornilla demuestra que su legado trasciende lo culinario. Al conocer su predilección por lo sencillo en la mesa, uno entiende que la grandeza no siempre está en lo complejo, sino en saber elegir y valorar lo esencial. Su receta sugerida, con kiwi, coco y granola, refleja esta filosofía: simpleza, equilibrio y belleza. Como periodista, me queda claro que Adrià sigue siendo una fuente inagotable de inspiración, no solo para chefs, sino para todos aquellos que creen en la creatividad como motor de cambio.