En Querétaro, aunque se cuenta con un abasto del 95% de los medicamentos esenciales, casi el 30% de las recetas médicas no han sido completamente surtidas durante este año. La secretaria de Salud, Martina Pérez Rendón, explicó que esto se debe a una ruptura en la coordinación con IMSS Bienestar, lo que impidió que el estado se beneficiara de su licitación nacional. A pesar del avance logrado desde la apertura del Centro de Distribución de Medicamentos en 2022, que elevó el abasto del 70 al 95%, hubo una caída en el primer tercio del año al 71% en el surtido hospitalario. Ante esta situación, se han implementado estrategias como módulos de transferencia entre unidades, fondos para compras inmediatas y reportes mensuales sobre medicamentos próximos a vencer.
El problema principal surgió cuando IMSS Bienestar no permitió que Querétaro participara en su proceso de adquisición consolidada de fármacos. Esto obligó a la Secretaría de Salud local a buscar alternativas independientes para comprar medicamentos esenciales como ácido fólico, ibuprofeno y otros utilizados en tratamientos prolongados. Pérez Rendón señaló que se intentó llegar a un acuerdo con la Subsecretaría de Integración y Desarrollo del Sector Salud, pero no fue posible. Sin ese acceso, tuvieron que reajustar sus estrategias de compra y priorizar aquellas claves críticas que no llegaron mediante el esquema federal.
Para mitigar el impacto del desabasto, se activaron diversas acciones operativas. Una de ellas fue establecer un sistema de traslado entre centros médicos para redistribuir existencias. Además, cada hospital recibió un fondo especial destinado a la reposición urgente de medicamentos faltantes. También se comenzó a monitorear mes a mes los productos con fecha de caducidad cercana, con el objetivo de evitar pérdidas y optimizar el uso de los recursos disponibles. Estas medidas buscan garantizar que los pacientes continúen recibiendo atención sin interrupciones significativas.
La administración estatal también aumentó en un 20% el volumen de medicamentos adquiridos por licitación directa este año, incluyendo algunos de alta especialización y costo elevado. Además, se lanzó una nueva convocatoria que cubre un periodo extendido de 7.5 meses, con la finalidad de asegurar el suministro hasta el final del año y el inicio del siguiente. Paralelamente, se introdujo un nuevo método de medición basado en la dispensación real de recetas en lugar del consumo promedio mensual, lo cual permite ajustar mejor las compras a la demanda específica de cada clínica y a las fluctuaciones de enfermedades estacionales.
Desde enero hasta mayo de 2025, el gobierno invirtió 427.3 millones de pesos en la adquisición de medicamentos e insumos, lo que representa el 94% del total destinado el año anterior. Esta cifra refleja el compromiso del estado por mantener un sistema sanitario funcional a pesar de los obstáculos externos. Con estos esfuerzos, se espera mejorar progresivamente el índice de recetas surtidas y reducir la brecha que actualmente afecta a cerca de tres de cada diez pacientes que requieren tratamiento farmacéutico en los hospitales públicos.