En 2014, cuando Quino recibió un prestigioso reconocimiento en Asturias, los chefs locales se lanzaron un reto inusual: crear una sopa que incluso Mafalda aprobara. Aunque la icónica niña creada por Quino detestaba este plato, los cocineros no se rindieron y presentaron múltiples variantes innovadoras. Aunque no lograron su objetivo ficticio, esta iniciativa inspiró a muchos otros a explorar nuevas formas de disfrutar las sopas durante los meses más calurosos. Las sopas frías emergen así como una solución ideal para refrescar sin aburrir, manteniendo sabor y consistencia. Desde clásicos como el gazpacho andaluz hasta versiones modernas con ingredientes exóticos, estas recetas ofrecen opciones creativas y saludables para disfrutar en verano.
Durante el encuentro cultural en Oviedo, Asturias, en el año 2014, un grupo de chefs decididos a homenajear al genial caricaturista argentino Joaquín Lavado Tejón, más conocido como Quino, se propuso algo fuera de lo común: elaborar sopas que convencieran a Mafalda, su entrañable y rebelde personaje ficticio que odiaba este tipo de platos. Entre las creaciones presentadas se encontraban desde sopa de letras hasta versiones dulces, pasando por opciones de temporada e innovaciones culinarias. Aunque el autor disfrutó de todas ellas, el verdadero propósito simbólico era evidente: reinterpretar la sopa no solo como alimento, sino como una metáfora de resistencia frente a imposiciones. Inspirados en aquella iniciativa, hoy se multiplican las recetas frescas, ideales para el verano, que van desde el tradicional gazpacho hasta mezclas originales como la sopa de mango, coco y lima, o la crema de remolacha con yogur griego. Cada una busca sorprender al paladar con texturas suaves, sabores vibrantes y presentaciones atractivas.
Como reportero gastronómico, me maravilla cómo una idea tan simple puede transformarse en una experiencia memorable. Las sopas frías no solo son una respuesta al calor estival, sino también una manifestación de creatividad y adaptación culinaria. En tiempos donde la sostenibilidad y la frescura de los ingredientes cobran relevancia, estas preparaciones permiten aprovechar al máximo productos de temporada, combinándolos de manera inteligente. Más allá de ser simples entrantes, representan una nueva forma de entender la comida: ligera, colorida y llena de personalidad. Verano sí, pero con sabor a invención constante.