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La Pirotecnia Caballer FX: Una Tradición Familiar Iluminando Fiestas con Fuego
2025-08-05

La fascinante historia de la pólvora, descubierta accidentalmente por alquimistas chinos, no solo transformó la guerra, sino que también trajo la alegría de los fuegos artificiales, pilares de las celebraciones estivales. En este contexto, la pirotecnia Caballer FX, una empresa valenciana con más de un siglo de historia, mantiene viva esta tradición. Dirigida por María José Lora Zamorano y su hijo Diego Pérez de Lucía, descendientes de la pionera Josefina Caballer, esta compañía enfrenta los desafíos de un oficio arduo y estacional, donde la pasión por el fuego y el compromiso familiar son el motor principal. A pesar de los riesgos inherentes y la percepción de un reconocimiento económico insuficiente, la familia Caballer FX sigue iluminando los cielos con sus creaciones, preservando un arte que, en gran parte, se transmite de generación en generación.

Ubicada en Vilamarxant, Valencia, la sede de Caballer FX se erige como un búnker al aire libre, donde los letreros de “Peligro Explosión” y las estrictas normas de seguridad son una constante. Es en este entorno donde se crean los artefactos pirotécnicos que han sido el sello de la familia desde 1877. María José Lora, actual propietaria, enfatiza que este oficio es una verdadera vocación, algo que se lleva en la sangre. Su bisabuelo, Antonio Caballer, inició la tradición, pero fue su hija, Josefina Caballer, quien realmente impulsó la fábrica. Josefina, una de las primeras mujeres pirotécnicas en España, demostró una valentía inquebrantable al continuar con el negocio familiar tras la trágica pérdida de su marido en un accidente relacionado con la pólvora. Un antiguo cartel de la época, que la familia conserva con orgullo, atestigua la fama de “Caballer”, una casa premiada en varias exposiciones y conocida por sus “éxitos más colosales en los fuegos artificiales”.

La continuidad de este legado familiar se refleja en Diego, el hijo de María José, quien a pesar de estudiar Ingeniería Química, ha abrazado plenamente el mundo de la pirotecnia. Él, como su madre, ha crecido entre petardos y explosiones, aprendiendo el arte de la pólvora de manera práctica, ya que no existen estudios formales para este oficio. Diego domina el secreto de un buen petardo, conociendo a fondo el proceso de elaboración del 'pallús', un material hecho de corteza de arroz impregnada de pólvora que facilita la combustión. María José describe la vida del pirotécnico como un “sinvivir”, una existencia itinerante que los lleva por toda España durante el verano, preparando y disparando espectáculos en fiestas populares. Trabajan sin descanso, desde el amanecer hasta el anochecer, con la constante preocupación por la seguridad y la meticulosa supervisión para evitar cualquier incidente.

La seguridad es una prioridad constante en Caballer FX. Los talleres están diseñados para una rápida evacuación, las zonas de dosificación de explosivos deben mantenerse húmedas, y el personal utiliza ropa de algodón y botas antiestáticas para minimizar cualquier riesgo. Diego explica que la electricidad estática es el mayor peligro, más que los mecheros, y por ello, los trabajos que implican fricción se realizan a primera hora de la mañana, cuando las temperaturas son más bajas. A pesar de la dedicación y el riesgo, María José lamenta que el oficio de pirotécnico sea estacional, concentrándose en los meses de verano. Esta naturaleza estacional ha contribuido a la escasez de especialistas, ya que la fabricación de material pirotécnico es costosa, tanto en términos de mano de obra como de materia prima.

Además de los desafíos operativos, la industria pirotécnica en España se enfrenta a problemas económicos. María José critica la falta de inversión por parte de las administraciones, señalando que los ayuntamientos raramente destinan más de 12,000 o 15,000 euros a un castillo de fuegos artificiales, una cifra que considera insuficiente dada la complejidad y el alcance de los espectáculos. Ella enfatiza que, aunque se pueda generar un margen de beneficio, no es el que merecen por la gran responsabilidad que asumen y la cantidad de personas que movilizan. La pandemia de COVID-19 también dejó una profunda cicatriz en el sector, paralizando las actividades durante dos años y forzando despidos masivos. A pesar de estas adversidades, Caballer FX se enorgullece de ser una de las pocas empresas que aún fabrican, ensamblan y disparan sus propios productos, un proceso que garantiza la calidad y el control de principio a fin. Josefina Caballer, la abuela de María José, fue la primera mujer en disparar la famosa 'Nit del foc' en Valencia, un hito que demuestra la audacia y la visión de esta familia. Esta empresa familiar continúa tejiendo su historia con pólvora y luz, manteniendo viva una tradición que es, al mismo tiempo, un arte, una ciencia y una forma de vida.

La producción de fuegos artificiales en Caballer FX es un proceso predominantemente manual, a excepción de la "noria", una máquina utilizada para secar los hilos de algodón impregnados de pólvora. Esta dependencia del trabajo manual subraya la naturaleza artesanal del oficio, un conocimiento que se transmite de generación en generación. Diego destaca que, si bien la innovación en los materiales y los efectos ha avanzado, la esencia del trabajo pirotécnico sigue siendo la misma. A veces, incluso las casualidades pueden dar lugar a los espectáculos más memorables. María José recuerda con una sonrisa una 'mascletà' en la que, debido a un error, el 'terremoto final' se disparó al principio. Aunque en ese momento fue un caos para ella, el público no notó el fallo y el resultado fue espectacular, demostrando que la imprevisibilidad también forma parte de la magia de la pirotecnia.

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