En abril de 2025, las familias judías celebrarán Pésaj, una festividad que evoca la liberación del pueblo israelita de la esclavitud en Egipto. Durante esta ocasión, los hogares se llenan de tradiciones gastronómicas y rituales especiales, destacando la cena Séder con sus simbólicos alimentos y quince pasos ceremoniales. El pan ácimo (matzá) toma un lugar central, mientras que otros platos como guefilte fish y kneidalej complementan esta experiencia culinaria única.
La noche inicial de Pésaj marca el inicio de la cena Séder, donde cada elemento tiene un significado profundo. Las familias se reúnen para disfrutar de una velada llena de símbolos y narrativas históricas. Entre estos elementos destacados se encuentra la matzá, acompañada por varios ingredientes dispuestos en un orden específico, como el huevo duro, las hierbas amargas y la mezcla de frutas picadas.
Esta ceremonia sigue quince etapas precisas, incluyendo la degustación de cuatro copas de vino y la interpretación de cánticos familiares. Cada paso representa aspectos clave de la historia de la salida de Egipto. Las damas juegan un papel crucial encendiendo las velas al atardecer durante dos noches consecutivas, dando inicio oficial a la festividad. Además, la preparación de la keará completa este ritual lleno de simbolismo.
Los sabores característicos de Pésaj transforman las mesas familiares en verdaderos festines. Platos tradicionales como el guefilte fish, albóndigas de pescado reconocidas incluso fuera de la comunidad judía, son indispensables. También destacan las bolas de masa de matzá conocidas como kneidalej, servidas en caldos o salsas, junto con pollos asados o carnes acompañadas de vegetales.
Estos platillos reflejan no solo el apego a la tradición sino también la adaptación cultural a lo largo de los años. La prohibición de consumir harina durante la festividad hace que el matzá sea el protagonista absoluto. Las recetas varían según las regiones y costumbres locales, pero todos comparten el mismo propósito: honrar la memoria histórica mientras se disfruta de momentos familiares únicos. Así, cada bocado cuenta una historia que une generaciones en torno a la mesa.