En la segunda semifinal del festival de Eurovisión 2025, celebrada en Basilea, diez países han logrado clasificarse para la gran final. Estas propuestas se unirán a los miembros del Big Five y otros competidores previamente seleccionados. Entre las actuaciones destacadas, Lituania cautivó con una balada melancólica, mientras que Israel impresionó con un tributo multilingüe a Theodor Herzl. Asimismo, Armenia, Dinamarca, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Letonia, Malta y Grecia mostraron innovadoras puestas en escena y canciones emotivas.
Cada país presentó una interpretación única que combinó tecnología, emociones y elementos visuales inolvidables. Desde estéticas retro hasta coreografías modernas, cada uno dejó su huella en el certamen, preparándose para brillar en la gran final del próximo sábado.
El evento reunió propuestas musicales innovadoras que sobresalieron por su creatividad y técnica artística. Países como Lituania, Israel y Armenia ofrecieron actuaciones cargadas de simbolismo cultural y emocional. Estos artistas no solo demostraron talento vocal, sino también una habilidad excepcional para conectar con el público mediante historias universales.
Lituania abrió el camino hacia la final con "Tavo Akys", una balada dramática que exploraba el dolor humano. El grupo Katarsis utilizó efectos visuales inmersivos para crear una atmósfera envolvente. Por otro lado, Israel, representado por Yuval Raphael, interpretó un himno de esperanza que mezclaba tres idiomas distintos. En tanto, Armenia deslumbró con PARG, cuya energía vibrante y uso de una cinta mecánica transformaron la escenografía en una experiencia dinámica.
La diversidad musical continuó con actuaciones memorables de Dinamarca, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Letonia, Malta y Grecia. Cada uno de estos países destacó por su capacidad de combinar sonidos contemporáneos con elementos visuales únicos. La originalidad y el impacto escénico definieron sus presentaciones, asegurando así su lugar en la gran final.
Dinamarca regresó a la final con Sissal, quien interpretó "Hallucination" bajo un juego de luces estroboscópicas que evocaban un amor irreal. Austria, con Johannes Pietsch, empleó claroscuros operísticos y visuales de tormentas para expresar "Wasted Love". Luxemburgo, liderado por Laura Thorn, adoptó una estética retro de los años 60, emergiendo de una caja de muñecas. Finlandia apostó por la fuerza vocal de Erika Vikman con "Ich Komme", mientras que Letonia celebró la felicidad con Tautumeitas y su estilo folk. Por último, Malta y Grecia cerraron con actuaciones explosivas y profundas, respectivamente, dejando claro que este año será inolvidable.