Un reciente informe del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (Itaipue) reveló deficiencias significativas en el cumplimiento de obligaciones de transparencia por parte de varios partidos políticos. Este análisis destaca al Partido Acción Nacional (PAN) como uno de los menos transparentes, con apenas un 52% de cumplimiento de las normas establecidas. Aunque Morena obtuvo una calificación más alta, su desempeño también fue cuestionado debido a información incompleta. Finalmente, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ya disuelto, recibió una baja evaluación por falta total de datos relevantes.

Análisis Profundo de las Deficiencias Detectadas

En una región marcada por debates sobre rendición de cuentas, el Itaipue realizó una evaluación exhaustiva que puso en evidencia fallas estructurales entre las principales fuerzas políticas de Puebla. Durante esta verificación oficial, llevada a cabo sin previo aviso en marzo de este año, se constató que el PAN no actualizaba datos cruciales como remuneraciones, padrones de militantes o gastos públicos. Asimismo, Mario Riestra, líder del partido, enfrentó críticas por no aplicar los principios de transparencia que había defendido durante campañas electorales anteriores.

Por otro lado, aunque Morena alcanzó una calificación cercana al 98%, persisten errores recurrentes relacionados con demarcaciones electorales, un tema que ya afectó su desempeño en evaluaciones previas. El caso del PRD, extinto desde 2024 tras no cumplir con los requisitos legales, muestra una situación extrema: sus plataformas digitales estaban prácticamente vacías, lo que generó severos cuestionamientos sobre su gestión interna.

Desde una perspectiva periodística, este informe refleja la necesidad urgente de fortalecer mecanismos de supervisión independiente para garantizar que las organizaciones políticas cumplan con sus responsabilidades hacia la ciudadanía. La transparencia no solo es un requisito legal, sino también un valor fundamental para construir confianza pública en un sistema democrático. Estos resultados deben servir como un llamado a la acción para mejorar estándares futuros y evitar que problemas similares persistan año tras año.