En un caso que pone al descubierto las deficiencias del sistema de salud, los familiares de una paciente recién operada en el Seguro de La Guaira enfrentan serias dificultades para obtener información sobre su estado. Agravando la situación, el personal de seguridad ha sido señalado por no facilitar la comunicación entre los parientes y la madre que acaba de dar a luz. Este testimonio refleja cómo la falta de coordinación dentro del hospital puede generar incertidumbre y angustia en quienes esperan noticias de sus seres queridos.
En un ambiente cargado de preocupación, los familiares de una joven madre que ingresó hace dos días para una intervención quirúrgica se ven inmersos en una lucha constante por conocer su estado de salud. En este contexto, el esposo y la madre de la parturienta expresaron su frustración ante la ausencia de respuesta clara por parte del equipo médico. Situados frente al acceso principal del hospital, han sido reiteradamente desestimados en sus intentos de obtener detalles o incluso visitar a la paciente.
El esposo reveló que apenas ha tenido contacto con su esposa, limitándose a breves encuentros y conversaciones por WhatsApp. Fue a través de esta plataforma como supo de los intensos dolores que aquejaban a su compañera tras el nacimiento de su hijo. Tras múltiples reclamos, finalmente lograron que fuera atendida, recibiendo medicamentos como dipirona y dexametasona, acompañados de vitamina C.
Aunque destacó que no fue necesario proveer insumos médicos, criticó duramente la calidad de la alimentación proporcionada a la paciente. En varios días de hospitalización, solo se le ofrecieron dos comidas, incluyendo una arepa amarilla durante la noche anterior.
Desde el punto de vista de los familiares, el trato recibido ha dejado mucho que desear, evidenciando una falta de empatía en un momento tan crucial como lo es el postparto.
Desde una perspectiva periodística, este caso resalta la necesidad imperiosa de mejorar las políticas de comunicación y atención dentro de los centros médicos públicos. Si bien el personal médico cumple con su deber bajo condiciones adversas, es crucial que los protocolos sean revisados para garantizar que los familiares puedan estar mejor informados y acompañar a sus seres queridos en momentos tan delicados como estos. Esta historia nos invita a reflexionar sobre cómo pequeños cambios en la forma de interactuar con los pacientes y sus familias pueden transformar significativamente su experiencia en hospitales públicos.