El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco llevó a cabo un simulacro para evaluar la capacidad operativa de su sistema informático antes de las elecciones programadas. Este ejercicio confirmó que el sistema puede manejar grandes cantidades de información sin problemas, asegurando una jornada electoral fluida. La prueba involucró a diversos funcionarios clave y verificó tanto la funcionalidad como el rendimiento del sistema ante la carga masiva de datos.
El Simulacro de Estrés del Sistema de Información Estatal Electoral buscó garantizar que todos los componentes tecnológicos estén listos para el evento electoral. A través de este ensayo, se comprobó que el sistema puede soportar la ingente cantidad de datos que serán procesados durante la votación.
En detalle, el simulacro evaluó la capacidad del sistema para recibir y gestionar simultáneamente la información enviada por los 16 consejos electorales distritales. Durante el ejercicio, se reprodujeron condiciones similares a las que se presentarán el día de las elecciones, con cargas intensas de datos provenientes de múltiples fuentes. El éxito de esta prueba fue crucial para demostrar que no habrá interrupciones ni retrasos significativos cuando el sistema sea puesto en marcha oficialmente. Además, representantes del órgano electoral supervisaron personalmente cada fase del proceso para garantizar transparencia y precisión.
Varios miembros destacados del Instituto Electoral participaron activamente en el simulacro, lo que refuerza el compromiso institucional hacia unas elecciones exitosas. Su presencia aseguró que todas las áreas críticas fueran monitoreadas de cerca.
Entre los asistentes al simulacro se encontraban Ruth Toledo Peral y Hernán González Sala, consejeros electorales, junto con Jorge Alberto Zavala Frías, secretario Ejecutivo. Estos funcionarios acompañaron cada paso del procedimiento, analizando posibles riesgos y ajustando detalles técnicos para optimizar el desempeño del sistema. Su participación directa subraya la importancia de coordinar esfuerzos entre diferentes niveles del organismo electoral. Esta colaboración permitirá mitigar cualquier inconveniente técnico que pudiera surgir durante la jornada electoral, asegurando así un proceso democrático confiable y eficiente.