El salmón es un pescado muy popular y sabroso. En esta receta, combinamos el sabor del salmón con la deliciosa mezcla de mostaza y miel, junto con verduras frescas. Aprende cómo prepararlo de manera fácil y rápida.

"Descubre la combinación perfecta de salmón, mostaza y verduras en esta receta deliciosa."

Preparación del Arroz

Ponemos un cazo con agua al fuego, dos partes de agua por cada parte de arroz. Cuando hierve, añadimos el arroz y un puñadito de sal. Cocemos hasta que quede suelto. Esto requiere aproximadamente 30 minutos.

Preparación de las Verduras

Lavamos el calabacín y los espárragos y los cortamos en trozos pequeños. Luego, ponemos una sartén antiadherente a fuego medio y vertemos un chorro pequeño de aceite de oliva virgen extra. Salteamos primero los espárragos trigueros y cuando están dorados, añadimos el calabacín. Salpimentamos, removemos y dejamos que se haga todo junto hasta que el calabacín está tierno. Esto toma unos 20 minutos.

Preparación del Salmón

Precalentamos el horno a 180ºC, con calor arriba y abajo. Lavamos los lomos de salmón y los secamos con papel absorbente. Cubrimos una fuente para horno con papel sulfurizado y colocamos los lomos encima. Salpimentamos. En un cuenco, añadimos la miel y la mostaza a partes iguales y removemos hasta tener una mezcla uniforme con la que pintamos los lomos usando un pincel de silicona. Luego, horneamos 13-15 minutos.

Mezcla y Servicio

Incorporamos el arroz a la sartén, mezclamos con la ayuda de una cuchara de madera o una espátula de silicona y dejamos 5 minutos a fuego medio-bajo. Luego, servimos los lomos de salmón acompañados del arroz con verduras y con un cuenco de salsa de miel con mostaza.

Consejos Importantes

Además de la calidad del salmón, otro factor importante es el tipo de arroz usado. Los más adecuados para mezclar con las verduras salteadas son el basmati o el arroz de grano largo. Antes de incorporarlo a las verduras, debemos lavarlo bajo el grifo dentro de un colador o en un bol removiendo y cambiando el agua varias veces hasta que queda completamente transparente, para que suelte el almidón. Esto garantiza que absorba bien los sabores.