La Superintendencia de Bancos (SB) ha alcanzado un hito significativo al recibir diversas certificaciones internacionales que validan sus sólidos mecanismos de protección de datos, gestión del riesgo y calidad operativa. Estas certificaciones incluyen el ISO 27001 para seguridad de la información y ciberseguridad, el ISO 22301 para gestión de continuidad del negocio, y una ampliación del alcance de la ISO 9001 para calidad. Además, destacó la obtención reciente de la norma ISO 37001 contra sobornos, reforzando su compromiso con prácticas éticas y transparentes.

Nuevas Certificaciones Refuerzan Compromiso Institucional

En un entorno marcado por avances tecnológicos y desafíos globales, la SB ha consolidado su posición como líder en buenas prácticas institucionales. Las certificaciones fueron otorgadas por Aenor, organización española reconocida a nivel mundial. Este logro abarca no solo aspectos técnicos, sino también procesos clave como supervisión de riesgos y auditorías externas. La ceremonia contó con la presencia de altos ejecutivos, entre ellos Alejandro Fernández W., superintendente de la entidad, quien resaltó cómo estas certificaciones se traducen en mejores servicios para usuarios y entidades financieras.

El gerente de la SB, Juan Francisco Mendoza, subrayó la importancia del trabajo colaborativo en este proceso, destacando que inicialmente se buscaba obtener una certificación específica, pero gracias a la dedicación del equipo, hoy cuentan con cuatro certificaciones internacionales. Por su parte, Ariel Espejo, presidente de Aenor República Dominicana, reconoció estos avances como muestra del compromiso de la SB con la excelencia operativa.

Este esfuerzo no solo se limita a las normas ISO; la institución también ha obtenido otros reconocimientos vinculados a sostenibilidad, salud laboral y equidad de género, posicionándose como ejemplo dentro del sector financiero.

Desde una perspectiva periodística, este caso refleja cómo una institución puede transformarse mediante el uso estratégico de estándares internacionales. Más allá de cumplir requisitos formales, estas certificaciones representan un cambio cultural hacia la mejora continua y la responsabilidad social. Este camino inspira a otras organizaciones a adoptar modelos similares para garantizar transparencia y eficiencia en sus operaciones.