Culturas
Triunfo contra Todo Pronóstico en las Ventas
2025-05-14

En una tarde cargada de emociones y bajo un cielo tormentoso, el coso madrileño vivió momentos inolvidables gracias a la actuación estelar de Isaac Fonseca. Frente a un gigante de 667 kilos, conocido como Brigadier, el diestro mexicano desafió las leyes naturales con una faena memorable que culminó con la concesión de una oreja. Este enfrentamiento cerró una tarde de toros marcada por la brutalidad y el peso de los astados de Pedraza de Yeltes, cuya corrida promedió más de 600 kilos por animal. Aunque algunos ejemplares dejaron huella positiva, otros resultaron complicados para los matadores Román y Jesús Enrique Colombo, quienes también obtuvieron recompensas simbólicas.

El evento tuvo lugar el miércoles 14 de mayo de 2025, en la quinta jornada de feria, donde cerca de 17.000 espectadores llenaron las gradas del Monumental de Las Ventas. Desde el inicio, se notaba que esta sería una tarde especial, pero no exenta de dificultades. El primer toro enfrentado por Román destacó por su poderío y bravura inicial, aunque terminó siendo complicado debido a su falta de continuidad. Sin embargo, el valenciano logró capturar la atención del público con su temple y oficio, pese a no completar una faena redonda.

Jesús Enrique Colombo tomó el relevo frente al segundo astado, un ejemplar vibrante y encastado que mostró sus cualidades en el tercio de varas. La tormenta que acompañó este momento pareció ser un presagio de lo que estaba por venir. Con valor y decisión, el venezolano supo manejar al burel, quien ofreció buen juego durante la lidia, aunque finalmente se agotó tras un esfuerzo prolongado. Este desempeño le valió una vuelta al ruedo, reconocimiento aplaudido por los aficionados presentes.

Llegó entonces el turno de Isaac Fonseca, quien enfrentaría al colosal Brigadier. Ante un público ya entusiasmado, el mexicano brindó su actuación en honor a la libertad taurina de su país natal. El toro, aunque impresionante en tamaño y fuerza, mostró humillación y entrega en el peto, lo que permitió al diestro desarrollar una faena precisa y técnica. A pesar de las adversidades climáticas y las características físicas del astado, Fonseca logró imponer su arte con naturalidad y elegancia, destacando especialmente por su mano derecha. Los momentos finales fueron intensos, pero su determinación fue recompensada con una oreja, mientras que el propio toro recibía una vuelta al ruedo como homenaje a su bravura.

La jornada concluyó con un balance variado: desde toros de gran envergadura hasta actuaciones dignas de mención. Si bien no todos los astados cumplieron con las expectativas, los tres espadas demostraron su capacidad para sortear obstáculos y conectar con el público. En particular, Isaac Fonseca escribió una página dorada en la historia de Las Ventas, superando todas las expectativas con su hazaña ante un oponente titánico. La afición salió satisfecha, consciente de haber sido testigo de un acontecimiento único en el mundo del toreo.

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