El lunes por la mañana, España se encontró sumida en un inesperado apagón que dejó al país sin luz, internet y cobertura telefónica. Este evento extraordinario recordó a muchos los días más duros de la pandemia, pero con una desconexión total. Aunque algunos sectores clave como hospitales y medios de comunicación lograron mantenerse operativos gracias a generadores eléctricos, el miedo y la incertidumbre crecieron a medida que pasaban las horas sin que regresara la electricidad. En medio de esta crisis, El Hormiguero continuó su emisión, ofreciendo tanto humor como información crucial en una noche marcada por la fragilidad tecnológica.
En pleno mediodía, específicamente a las 12:33, todo cambió drásticamente cuando España entró en una oscuridad completa. Durante este día desafiante, medios de comunicación, hospitales y algunas empresas sobrevivieron gracias a sus sistemas de respaldo, pero la vida cotidiana se detuvo. Familias separadas intentaron infructuosamente comunicarse mientras supermercados eran saqueados nuevamente, recordando escenas vividas durante la pandemia. Sin embargo, en el mundo de la televisión, el programa El Hormiguero, conducido por Pablo Motos, brilló como un faro en la oscuridad.
Con apenas quince personas presentes en el público debido a la falta de transporte y comunicación, el programa tuvo lugar bajo tres focos estratégicamente colocados frente a la mesa principal. Pablo Motos reconoció abiertamente la situación de fragilidad colectiva y destacó cómo nuestra dependencia tecnológica nos ha vuelto vulnerables incluso para realizar tareas simples como bajar persianas o cocinar alimentos. También mencionó la importancia de prepararse ante emergencias, citando recomendaciones previas de la Unión Europea sobre kits de supervivencia para 72 horas.
Juan del Val, invitado especial, expresó sus disculpas por haberse burlado anteriormente de estas recomendaciones, subrayando la lección aprendida ese día. A pesar de la rareza de la situación, el programa mantuvo su esencia característica combinando entretenimiento con momentos informativos clave, incluyendo la transmisión de la comparecencia del presidente Pedro Sánchez.
Desde Sevilla hasta Madrid, Juan y Medio realizó un viaje heroico para llegar al estudio, simbolizando el espíritu resiliente que guió al equipo durante esta prueba. Con cada palabra pronunciada por Pablo Motos, quedó claro que, aunque frágiles, seguimos siendo capaces de adaptarnos y encontrar formas de continuar adelante.
Como periodista testigo de estos eventos, uno no puede evitar reflexionar sobre la importancia de estar preparados frente a imprevistos tecnológicos. Este apagón sirvió como un recordatorio crítico de cuán interconectados estamos hoy en día y cuánto dependemos de infraestructuras que pueden fallar en cualquier momento. La resiliencia mostrada por figuras públicas como Pablo Motos y su equipo demuestra que, incluso en tiempos oscuros, podemos seguir conectados a través de valores humanos fundamentales como la solidaridad y la creatividad. Es hora de repensar nuestras prioridades y asegurarnos de que nunca subestimamos herramientas tan simples como una linterna o una radio de pilas.