Marta Ortega y Carlos Torretta aprovecharon la pausa navideña para disfrutar de un viaje a Madrid, donde celebraron una tradición especial con sus seres queridos. El 24 de diciembre, antes de reunirse con sus familias, el matrimonio participó en una comida anual con amigos cercanos. Este encuentro se llevó a cabo en El Paraguas, un restaurante del barrio de Salamanca conocido por su privacidad y ambiente acogedor. Entre los invitados se encontraban parejas amigas como Eugenia Silva y Alfonso de Borbón, así como Eugenia de la Torriente y su esposo. La velada estuvo llena de risas, anécdotas y brindis, recordando aventuras compartidas durante más de una década.
Cada año, Marta Ortega y Carlos Torretta renuevan su compromiso con una cita especial antes de las festividades familiares. Este evento reúne no solo al matrimonio sino también a otros pares de amigos íntimos. Todos comparten un momento íntimo y significativo antes de separarse para celebrar con sus respectivos núcleos familiares. Esta costumbre ha creado un vínculo duradero entre los participantes, quienes valoran este espacio reservado para fortalecer sus relaciones.
El día elegido es siempre el 24 de diciembre, justo antes de la cena familiar. En esta ocasión, el lugar escogido fue El Paraguas, un establecimiento conocido por su discreción y ubicación privilegiada. Allí, los asistentes pudieron disfrutar de una velada tranquila, lejos de miradas curiosas, pero sin perder el espíritu festivo propio de la temporada. Los presentes llegaron sonrientes y con ganas de pasar un rato agradable juntos, demostrando lo mucho que aprecian estos momentos de camaradería.
Esta reunión anual permite a los participantes equilibrar sus obligaciones familiares con el deseo de mantener viva su red de amistades. Después de compartir una comida memorable, cada uno regresa a su hogar para continuar con las celebraciones navideñas. Este ritual refuerza tanto los lazos personales como los profesionales, ya que algunos de los asistentes tienen posiciones destacadas en diversos sectores. La intimidad del encuentro permite que todos se sientan cómodos y libres de preocupaciones externas.
La velada en cuestión incluyó conversaciones variadas y divertidas, donde los asistentes rememoraron experiencias pasadas y forjaron nuevos recuerdos. Entre risas y brindis, el grupo pudo disfrutar de una tarde distendida que marcó el inicio de las fiestas. Además de los mencionados, Nuria González también formó parte de la celebración, añadiendo aún más calidez al ambiente. A medida que avanzaba la tarde, todos intercambiaron deseos de felicidad antes de despedirse con abrazos y besos, listos para continuar con sus propias celebraciones familiares.