A pesar de que la entrenadora nacional, Andrea Fuentes, había señalado este periodo como uno de reconstrucción para la natación artística española, con la mira puesta en las Olimpiadas de 2028, el equipo ha florecido prematuramente en el Mundial de Singapur. La delegación española ha demostrado una capacidad asombrosa, acumulando un número significativo de medallas que superan con creces las expectativas.
En una exhibición de gracia y precisión, Lilou Lluis e Iris Tió consiguieron la medalla de oro en la final del dúo libre femenino. Su impecable rutina les otorgó una puntuación de 282.6087, distanciándose de sus rivales italianas, Enrica Piccoli y Lucrezia Ruggiero, y de las atletas rusas Mayya Doroshko y Tatiana Gayay, quienes compitieron bajo bandera neutral. Este logro es la coronación de un esfuerzo dedicado y representa un hito para el deporte acuático español.
Con esta victoria en el dúo libre, la natación artística española ha elevado su cuenta de medallas en Singapur a un total de siete. El equipo ha saboreado el éxito en diversas categorías, obteniendo dos preseas doradas, dos de plata y tres de bronce. Este impresionante palmarés subraya la fortaleza y el progreso constante de los atletas españoles en la disciplina.
La destacada actuación de Iris Tió, de 22 años, ha sido fundamental en el éxito español. Con cinco medallas ya en su haber en este campeonato, incluyendo dos oros (uno en el solo libre y otro en el dúo), Tió se ha consolidado como una de las figuras más importantes del equipo. Su contribución es innegable y se espera que su impacto continúe en futuras competiciones.
El entusiasmo en el equipo español es palpable, especialmente con la posibilidad de añadir una octava medalla en la última jornada de natación artística. El equipo ya ha asegurado su lugar en la final de la rutina de acrobacias, obteniendo la segunda mejor puntuación en la ronda preliminar, solo superado por la poderosa representación de China. Este resultado reafirma la posición de España como una fuerza a tener en cuenta en la escena mundial de la natación artística.
Lilou Lluis e Iris Tió atribuyen gran parte de su éxito a la fuerte conexión y el entendimiento mutuo que comparten, tanto dentro como fuera del agua. Tió destacó la alegría y la comodidad que experimentan al entrenar juntas, revelando que incluso antes de la competición, se divertían, lo que, según ella, es la verdadera \"magia de este dúo\". Esta armonía se tradujo en una ejecución fluida y confiada durante su rutina, donde cada movimiento y figura se alineaban perfectamente. Lluis, por su parte, expresó su inmenso orgullo por competir junto a una nadadora tan experimentada como Tió, admitiendo el nerviosismo inicial, pero destacando el apoyo y la guía de su compañera. La emoción de su triunfo fue abrumadora, y el sentimiento de incredulidad ante ser campeonas del mundo persistía, a pesar de tener el oro en sus manos.