En una tarde memorable durante la Feria de San Isidro, el mundo del toreo vivió un momento insólito protagonizado por Saúl Jiménez Fortes. Tras una lesión grave que lo marginó de las arenas en 2019, este diestro decidió seguir conectado con su pasión asistiendo a distintas plazas desde otro rol. Una anécdota particular ocurrida en Bilbao marcó su experiencia ese año, cuando debido a una serie de imprevistos, tuvo que improvisar su vestimenta para entrar al callejón de Vista Alegre. Este relato, ahora recogido en el libro "Otras 300 anécdotas taurinas", revela cómo el arte y la amistad se entrelazan en momentos inesperados.
Aunque 2019 fue un año complicado para Saúl Jiménez Fortes tras fracturarse la tibia y el peroné durante la Feria de Otoño de 2018, su amor por los toros no decayó. Decidió acudir como espectador a distintas ferias, entre ellas las Corridas Generales de Bilbao. Allí, su amistad con Paco Ureña cobró especial relevancia, ya que compartieron profundas reflexiones sobre el toreo antes de la corrida del 23 de agosto. «Fue una conversación íntima», recordaría posteriormente, tocando temas esenciales como el miedo y la entrega.
Ese día, Fortes vivía en casa de un amigo en Bilbao mientras disfrutaba de la feria. Sin embargo, una circunstancia poco común le cambió los planes: perdió la llave de casa después de comer con unos amigos. Consciente de que su apariencia informal no era adecuada para ingresar al callejón, buscó rápidamente una solución. Su única opción fue una tienda china cercana, donde adquirió una prenda inusual pero funcional: leggings vaqueros y zapatillas deportivas demasiado pequeñas. «No me quedaba más remedio», comentaría luego.
Fortes llegó justo a tiempo para la corrida de toros de Jandilla, donde Paco Ureña protagonizó una actuación histórica al cortar cuatro orejas. En medio de la euforia, Fortes, con su peculiar atuendo, acompañó a Ureña en su salida triunfal por la puerta grande, convirtiéndose en parte de esta celebración colectiva.
Esta singular historia ilustra cómo incluso en los momentos menos esperados, el espíritu taurino puede brillar con fuerza. La improvisación de Fortes y su capacidad para adaptarse demuestran que el toreo trasciende lo físico, siendo también una experiencia humana llena de detalles únicos. Su participación en este evento queda registrada como un ejemplo de cómo la pasión une corazones en cualquier circunstancia.