El verano de 2024 trajo una doble tragedia para la familia Goyanes Lapique, marcando un antes y un después en sus vidas. Primero fue el fallecimiento del empresario Carlos Goyanes, seguido apenas tres semanas después por la inesperada pérdida de Caritina debido a un fallo cardíaco. A pesar del dolor inmenso, Carla Goyanes y su madre Cari Lapique han encontrado en la unidad familiar y el apoyo de sus seres queridos la fuerza necesaria para seguir adelante. Este espíritu resiliente se ha vuelto aún más evidente durante las festividades navideñas, cuando ambas mujeres han demostrado una gran fortaleza emocional.
Las celebraciones de fin de año han sido un momento para reflejar sobre los cinco meses difíciles que han pasado y para expresar gratitud hacia quienes las han acompañado en este camino. Carla ha aprovechado para reunirse con sus amigas más cercanas y mostrarles su agradecimiento, mientras que también ha destacado el papel crucial de su esposo Jorge Benguría como pilar fundamental en estos momentos complicados. Además, ha honrado la memoria de su hermana Caritina con promesas de cuidar a sus hijos y mantener viva su legado.
Carla Goyanes ha encontrado en su círculo íntimo una fuente de consuelo y fortaleza. Ante la adversidad, ha sabido rodearse de personas que la entienden y la apoyan incondicionalmente. La Navidad ha sido una oportunidad para expresar su gratitud hacia estas figuras esenciales en su vida. Entre risas y lágrimas, Carla ha compartido con sus amigas los momentos más significativos de este período desafiante.
En un encuentro lleno de emoción, Carla reunió a sus amigas más cercanas para compartir un almuerzo navideño. Fue un espacio donde pudo exteriorizar sus sentimientos y agradecer la presencia constante de quienes la han acompañado en cada paso del camino. "Dicen que las amigas son la familia que uno elige", señalaba Carla, reconociendo la importancia de estas relaciones en su vida. Entre las presentes estuvo Teresa Baca, modelo y periodista, quien junto a otras amigas, ha sido un faro de luz en los momentos más oscuros. Este gesto no solo sirvió para fortalecer los lazos de amistad, sino también para recordar que incluso en los días más difíciles, siempre hay alguien dispuesto a estar ahí.
Carla ha asumido el compromiso de honrar la memoria de su hermana Caritina al cuidar de sus hijos y apoyar a su madre. Esta promesa ha sido una guía constante en su vida desde aquel día fatídico. Carla ha dedicado tiempo y energía a asegurar que los niños crezcan en un ambiente lleno de amor y cariño, tal como lo hubiera deseado su hermana. Además, ha estado presente en todos los momentos importantes de sus sobrinos, convirtiéndose en una figura maternal protectora.
Días después de la partida de Caritina, Carla le hizo una promesa eterna: cuidaría de sus hijos como si fueran propios y velaría por su madre. Estas palabras no fueron solo un acto de consuelo, sino una declaración de intenciones que Carla ha cumplido con diligencia. Su presencia ha sido constante en la vida de Pedro y MiniCari, participando activamente en sus actividades y celebraciones. Recientemente, viajó a Zaragoza para asistir al partido de fútbol de Pedro, demostrando que no duda en poner a sus sobrinos en primer lugar. Este compromiso no solo ha proporcionado estabilidad a los niños, sino que también ha ayudado a Carla a encontrar propósito en medio del dolor. Su fortaleza y dedicación han inspirado a muchos, convirtiéndola en un ejemplo de resiliencia y amor incondicional.